En clave europea

Nepotismo en el Parlamento Europeo

La designación de Alessandro Chiocchetti como secretario general del Parlamento Europeo ha provocado un gran revuelo por la modificación de los criterios para su elección. Este cargo tiene un gran poder político y gestiona un presupuesto de casi 2.000 millones de euros anuales

Alessandro Chiocchetti

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Eliseo Oliveras

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El nombramiento de Alessandro Chiocchetti como secretario general del Parlamento Europeo gracias a la rebaja de las cualificaciones requeridas y un pacto entre bastidores ha desatado un escándalo de nepotismo y la presentación de denuncias ante la Defensora del Pueblo de la Unión Europea (UE), Emily O’Reilly. La presidenta del Parlamento Europeo, la conservadora Roberta Metsola, y el Partido Popular Europeo (PPE) impusieron el 12 de septiembre en una reunión nocturna de la Mesa al actual jefe de gabinete de Metsola y un hombre de Forza Italia de Silvio Berlusconi para ocupar el todopoderoso puesto de secretario general de la Eurocámara. Metsola y el PPE forzaron que la decisión se adoptara antes de las elecciones italianas del 25 de septiembre, en las que Berlusconi facilitará que la ultraderechista Giorgia Meloni encabece el Gobierno.

Todo el proceso para instalar a Chiocchetti ha sido una “sórdida saga” que “dañará la reputación del Parlamento Europeo”, lamentó la respetada vicepresidenta de la Eurocámara y antigua ministra finlandesa Heidi Hautala. Transparency International EU, unas de las organizaciones cívicas denunciantes ante la Defensora del Pueblo de la UE, calificó el proceso de nominación de “caso de corrupción institucional”. En 2018, el Parlamento Europeo condenó en una resolución el nepotismo en el nombramiento Martin Selmayr, jefe de gabinete del presidente de la Comisión Europea, como secretario general de esa institución.

Enorme poder político

El cargo de secretario general del Parlamento Europeo tiene un enorme poder político y es elegido por la Mesa (la presidenta y los 14 vicepresidentes). El secretario general influye en la agenda política y gestiona a 8.000 funcionarios y un presupuesto de casi 2.000 millones de euros anuales. Los populares, desde que controlan el puesto, han podido ampliar su control político en los diferentes niveles de la institución. Aunque Chiocchetti no asumirá el puesto hasta enero de 2023, los populares querían asegurarse de que seguirían controlando el cargo antes de las elecciones italianas, temiendo que la mala imagen de sus pactos con la ultraderecha pudiera malograr la operación.

Chiocchetti fue estrecho colaborador del eurodiputado y mano derecha de Berlusconi, Marcello Dell’Utri, que fue condenado después a siete años de prisión por asociación con la mafia italiana, a los que en 2018 se añadieron otros 12 años por su participación en las negociaciones del Pacto Estado-Mafia. Chiocchetti fue también subjefe de gabinete de Antonio Tajani (vicepresidente de Forza Italia) durante su presidencia de la Eurocámara.

Directivos de máximo nivel

El nombramiento de Chiocchetti quedó pactado en julio con los liberales y la Izquierda a cambio de nuevos puestos directivos del máximo nivel creados exprofeso para ambos grupos: secretario general adjunto para los liberales y una nueva dirección general para la Izquierda, además de la cesión de una dirección general ya existente también para los liberales. El conservador alemán, Klaus Welle, que ocupaba la secretaria general desde 2009 con el apodo de "príncipe de las tinieblas", dejará su puesto a fin de año. La retirada de Welle había sido una condición de los socialistas para tragar con el nombramiento de la antiabortista Metsola como presidenta de la Eurocámara. Los socialistas consideraban que, tras los retrocesos electorales de los conservadores, el puesto les correspondía o debía recaer en alguien menos partidista. Pero los populares fraguaron con rapidez un pacto mantener bajo su control ese puesto clave, descolocando a los socialistas.

Para posibilitar el nombramiento de Chiocchetti, le ascendieron de grado mediante una promoción exprés y rebajaron la categoría profesional mínima exigida hasta entonces para el cargo de secretario general a AD15. Además, se aprobó una ficha del puesto a cubrir minimalista sin detallar ninguna competencia requerida, a diferencia de anteriores relevos. Ante la tormenta generada al trascender el pacto y la rebaja de requisitos, se instó la presentación de otros candidatos para cubrir las apariencias. Los otros tres candidatos, todos de mayor categoría profesional y mucha más experiencia que Chiocchetti, tuvieron 10 minutos para presentar su candidatura, pero el voto de la Mesa ya estaba decidido de antemano. Para el líder de los Verdes, Philippe Lamberts, la prueba de que todo fue una farsa es que “para seleccionar a un becario, cada entrevista dura media hora”, mientras que para el puesto más importante del Parlamento sólo se dedicaron 10 minutos.

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