¿Cómo se reconoce a un catalanohablante a simple vista?
Maria Rovira
Humorista y guionista
Se explica que un día Guillem d’Efak, artista mallorquín nacido en Guinea Equatorial en 1930, pidió un café en un bar. El camarero le respondió:«Si no fos que xerrau mallorquí, diria que sou negre».
La idea que se desprende de esto es que en un lugar de blancos un negro es visto como un elemento de alteridad y que no se espera que 'la alteridad' hable tu lengua. La anécdota es mucho más comprensible en un tiempo y un lugar donde la única persona negra era, precisamente, Guillem d’Efak. Él mismo explica que la primera vez que vio a una se espantó muchísimo.
Hoy en día, no obstante, más de medio siglo después y con una realidad sociodemográfica completamente distinta, aún hay gente que asume que «quien no parece de aquí» (con toda la complejidad que esta frase implica)seguramente «no entienda el catalán». Y se dirigen preventivamente en castellano a camareros que se han criado en Barcelona y con quienes comparten barrio, o felicitan a jóvenes de Hostalets de Balenyà por «hablar muy bien».
El otro día llamé para pedir hora y hacerme las uñas en un lugar a donde aún no había ido nunca. La conversación (tanto por teléfono como después sentadas en el salón) fluyó perfectamente, hablando yo en catalán y la esteticista en castellano. No me suele pasar que no me entiendan cuando hablo en catalán a alguien que está de cara al público; el único lugar reciente que recuerdo es la comisaría de policía para renovarme el pasaporte. Si quieres ser funcionario en Catalunya y no aprender el catalán, siempre te puedes hacer policía.
Después de charlar un rato me dijo que es dominicana, que no habla catalán porque aún le cuesta un poco pero que le va bien escucharlo y que se le hace difícil hablarlo porque habitualmente lo que hace la gente es dirigirse a ella automáticamente en castellano. Seguimos hablando de otras cosas y entró una clienta que, muy animada, nos saludó en castellano a las dos. Cuando yo le respondí a ella en catalán se pasó al catalán, pero solo conmigo. Yo seguí dirigiéndome en catalán a la esteticista y la cliente siguió haciéndolo en castellano. Seguramente la clienta prefería hablarnos a cada una en la lengua en que nos expresábamos, pero para mí una conversación en la que todos los interlocutores se entienden y cada uno elige la lengua en la que quiere hablar no supone nunca un elemento de tensión sino de naturalidad y libertad.
El caso es que asumir que no nos entenderán en catalán en base a prejuicios y entrar en castellano «por si acaso», a pesar de que se pueda hacer desde la buena fe, tiene una base racista y quien recibe el gesto se siente discriminado. Son los testimonios que recoge la campaña No em canviïs la llengua, en la que catalanohablantes no nacidos en Catalunya piden que la gente se les dirija en catalán. También viven situaciones surrealistas: que gente catalanohablante les hable en castellano cuando ellos están hablando en catalán.
¿Por qué creemos que una persona que nos está hablando en catalán preferirá que le hablemos en castellano?Esto nos lo firma el camarero de Manacor del principio de este artículo (y de hace mucho tiempo. O eres negro, o hablas mallorquín.
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