La hoguera

Isabel II: kitsch de tertulianos

Se ha levantado para honrar la memoria de la señora un mausoleo de clichés, tópicos y comentarios banales, y eso sí que no

ISabel II de Inglaterra.

ISabel II de Inglaterra. / CONTACTOPHOTO

Juan Soto Ivars

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Isabel II se ha muerto, por si no os habéis enterado. ¡Me caía bien esa señora! Tan bien como pueda caerte una menina pintada en un cuadro, una canción de Nana Mouskouri o una gallina. Bien como las cosas, como las tardes, como los personajes históricos. En todos los días de mi vida nunca me hizo nada malo Isabel II. La noticia de su muerte no me ha conmocionado más de lo que lo haría la de la disolución de una banda que escuchaba poco. Con 96 toca dejar sitio en el planeta Tierra. Al final parecía una tortuguita asomada con sombrero. Hasta aquí mi aportación a los panegíricos.

Pero quería yo hablaros de otra cosa. Se ha levantado para honrar la memoria de la señora un mausoleo de clichés, tópicos y comentarios banales, y eso sí que no. Cada vez que suena 'God Save The Queen' en los informativos me dan ganas de beberme un litro de lejía. Además, las tertulias españolas trabajan a pleno rendimiento, y con mucho cuidado por el medio ambiente, porque lo hacen con materiales reciclados. Casi participo de esto: me pilló el deceso saliendo de lo de Julia en la Onda, y solo me libré de hacer comentarios porque estaba en el estudio Elisa Beni, que habla por los codos. Una suerte, ¿qué hubiera yo podido aportar? ¿Qué puede decir cualquier tertuliano español?

Ante la falta de material novedoso se recurre a la longaniza, la Wikipedia y a cosas que hemos visto en la serie aquella tan buena. En el Parlamento británico han estado estos días contando anécdotas con flema inglesa y aquí las repiten los más avispados con española jacaranda. Y en fin, tampoco espero que me cuenten cosas que no sabía de la reina, ni siquiera cosas que me interesen, pero sí pediría -si no fuera mucho- evitar, al menos en tertulias de la tele, ese lenguaje pomposo y circunstancial que no es más que la imitación kitsch de lo de Westminster y alrededores.

Pablo de Lora ha hecho una lista, a la que aporto yo algunas partículas más que sería deseable evitar: testigo privilegiado de la historia, sentido del deber, protocolo al milímetro, sorprendente humor, peso de la historia, legado en momentos de incertidumbre, símbolo que trasciende, cambio de época, relación problemática con 'Leididi', contención discreta, firme pero enérgica, Operación Puente de Londres, fanfarria, pompa y boato, pompa y circunstancia, respeto y el profundo afecto, querida por su pueblo, momentos difíciles, etcétera.

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