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No estamos tan mal

Europa se preocupa de nuestros problemas. Pero algo tendremos que poner de nuestra parte

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en un acto en Barcelona.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en un acto en Barcelona.

Albert Sáez

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Desde la pandemia, Europa es la solución y no el problema. Con el Reino Unido fuera y los de Visegrado atemorizados con Rusia, la máquina de Bruselas afronta los temas con determinación. Bravo. Aunque los resultados sean difíciles de ver a corto plazo. El invierno va a ser duro. Alemania está haciendo con el gas lo que Draghi con el euro, «whatever it takes». Y en su empeño arrastra a toda la Unión Europea. Por eso, en este caso, es hambre para hoy y pan para mañana. Putin lo está pasando peor. A veces nos olvidamos. Su PIB es solo un 25% más que el de España. Todas sus infraestructuras de transporte de gas están orientadas a Europa. Desplazar esa oferta a Oriente son años. Los mismos que le va a costar a Alemania liberarse del yugo ruso. No hay que engañarse, el invierno será duro. Como en 1973, veremos ciudades en la penumbra a medianoche. Y a los alemanes, con un forro polar en casa para no cerrar su industria. Y algo tendremos que poner de nuestra parte. Esperemos que la competición populista entre Sánchez y Feijóo, hoy en el Senado, no nos lleve en nuestro caso a cerrar la industria por falta de gas –la cerámica de Castelló empieza a hacerlo–,mientras vamos en camiseta por casa con la calefacción a 28 grados. 

No estamos tan mal porque Europa se ocupa de nuestros problemas. Lo decía Joan Tapia en su artículo del domingo. Y los políticos locales están más o menos acertados en seguir las directrices de Bruselas. Sánchez erró forzando la excepción ibérica. Hay que salvar el invierno sin cargarse el planeta. La UE no va a permitir topar el precio de la electricidad condenando a las renovables. Feijóo erró porque no apoyó las restricciones a las luces comerciales y los límites de temperatura. Tienen 'spin doctors' que no piensan en clave europea. Aciertan, finalmente, los dos con la reducción del IVA. Ninguna generosidad. Solo una deflacción encubierta. Estamos mal en liderazgo interno. Pero saldremos de esto. La pandemia nos trajo la compra conjunta de las vacunas y la mutualización de la deuda para financiar la recuperación. Ucrania, una política exterior y de defensa homologable a un mercado único. Putin se irá. De una parte de Ucrania y del poder en Moscú. La UE da pasos muy lentos, siempre sin retorno. Sánchez y Feijóo... veremos.

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