Artículo de Eugenio García Gascón

Wagner en Israel

El músico alemán siempre ha sido observado con recelo en el Estado judío, donde se le vincula con el antisemitismo virulento y se le reprocha la excelente acogida que sus obras tuvieron en la era nazi

Richard Wagner.

Richard Wagner.

Eugenio García Gascón

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El magnífico libro de Alex Ross 'Wagnerismo', subtitulado ‘Arte y política a la sombra de la música’, constituye en sí mismo un hito cultural de primera magnitud, no solo porque nos aproxima al tremendo latigazo que Richard Wagner propinó a la música en el siglo XIX, sino porque además tiene aspiraciones globales que relacionan el genio del gigante alemán con las demás artes, incluidas la filosofía, las artes visuales y la literatura. Esta exquisita semblanza contiene un amplio repertorio sobre su formidable influencia, sin precedentes en la historia del arte, en las distintas disciplinas a lo largo del siglo XX y hasta nuestros días. Un capítulo está dedicado a la relación del músico con los judíos y el Estado de Israel, fundado en 1948.

Aunque su música ha sonado alguna vez en escenarios israelíes, y podría añadirse que de manera casi clandestina, Wagner siempre ha sido observado con recelo en el Estado judío, donde se le vincula con el antisemitismo virulento de su época y se le reprocha, aunque él murió en 1883, la excelente acogida que sus obras tuvieron en la era nazi. De hecho, escribió un conocido opúsculo o panfleto, publicado inicialmente con seudónimo en 1850 y ya con su nombre en 1869, 'El judaísmo en la música', donde denunciaba la pretendida corrupción que el judaísmo introduce en la música y afirmaba que el judío “es incapaz de expresarse artísticamente”. No obstante, Wagner tuvo amigos y valedores judíos durante toda su vida.

En este contexto, la prensa hebrea vuelve a preguntarse si ha llegado el momento de representar a uno de los compositores favoritos de Hitler por todo lo alto en Tel Aviv. Hay movimientos en esa dirección que podrían cristalizar antes de fin de 2022. Se trata de una iniciativa privada que el ministro de Cultura ha calificado de “insensible”, debido a la asociación que se hace entre Wagner y el antisemitismo. Si se lleva a puerto, el boicot casi absoluto a Wagner se romperá en añicos y el público israelí podrá gozar de manera tranquila de 'Las Valquirias'. Se barajan fechas de la segunda quincena de septiembre y los organizadores ya han invitado a la biznieta del compositor, Eva Wagner.

El ministerio de Cultura ha calificado los eventos de “insensibles, humillantes, un modelo de ensombrecer la historia y un golpe a la responsabilidad social”, añadiendo que el boicot a Wagner es “una decisión moral y ética que debería continuar”. Los organizadores responden que hay “mucha buena gente” en Israel, “incluidos sobrevivientes del Holocausto”, que sienten curiosidad por Wagner y escuchan su música en sus casas, casi a escondidas. Por otro lado, los organizadores también alegan que a nadie que no quiera se le va a obligar a escuchar al compositor alemán.

En el consiguiente debate, los defensores de Wagner argumentan que, en los tiempos que corren, cualquier persona con un televisor puede escuchar y ver sus representaciones desde la butaca del salón con calidad superior, y que de hecho eso hacen muchos israelíes. Además, si lo que se quiere es boicotear a la Alemania nazi, podría comenzarse por toda suerte de productos alemanes que se ofrecen en Israel y que no faltará quien los relacione con el nazismo, como por ejemplo los coches Volkswagen. Otro caso similar sería el de 'Carmina Burana', de Carl Orff, una obra que se identifica con el nazismo y que sin embargo se ha representado bastantes veces en Israel.

Puede resultar curioso recordar que, durante el Tercer Reich, se tocó en Tel Aviv la música de Wagner y que la orquesta que la ejecutó era la antecesora de la actual Orquesta Filarmónica de Israel. Sin embargo, esa misma orquesta fue la que impuso el boicot en 1938, en protesta por las condiciones de los judíos en Alemania. Una circunstancia no ajena a esta controversia es que posiblemente la población israelí es cada vez más radical. En 2018, la radio pública israelí se disculpó después de difundir por antena un fragmento del 'Ocaso de los dioses', explicando que el presentador del programa “se había equivocado en su elección artística” y añadiendo que Wagner no se volvería a oír en la emisora. No obstante, algunos israelíes han podido escuchar su música en vivo en contadas ocasiones y en algunas transmisiones de radio.

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