Artículo de Miquel Barceló Roca

Pensando en sistema

Ante una demanda concreta buscamos una respuesta instrumental a base del binomio simple problema-solución, sin analizar, entender y operar sobre la complejidad actual

Vista de Barcelona por la noche, captada desde la Estación Espacial Internacional en 2011

Vista de Barcelona por la noche, captada desde la Estación Espacial Internacional en 2011 / Paolo Nespoli / ESA

Miquel Barceló Roca

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Este año 2022 se cumplen 50 años de la publicación del primer informe del Club de Roma, que llevaba por título ‘Los límites del crecimiento’ y que representó una crítica al modelo de desarrollo industrial basado en los combustibles fósiles y la explotación de los recursos naturales por encima de los límites de la Tierra.

Este documento fundamental para entender lo que después hemos ido conociendo como el cambio climático fue dirigido por la científica y profesora del MIT Donella Meadows, persona bastante desconocida en nuestro país pero fundamental para entender las dinámicas socioeconómicas del siglo XXI.

Donella (Dona) Meadows no solo lideró el proceso de preparación y publicación del citado informe, con la colaboración de su marido el también profesor Dennis Meadows, sino que escribió un libro esencial para poder entender y operar en la complejidad del momento actual. ‘Thinking in Systems’ ('Pensar en sistemas'), 2002.

Donella Meadows define un sistema como “un conjunto de cosas –gente, células, moléculas, o cualquier otra cosa– interconectadas de forma que producen su propio modelo de comportamiento a lo largo del tiempo”. Y añade que un sistema responde a fuerzas externas de forma característica o propia de este sistema y normalmente no lo hace de forma simple. Con esta última frase, introduce el concepto de complejidad en el análisis de sistemas, característica fundamental para su comprensión.

Un elemento propio de la cultura industrial ha sido el enfoque instrumental en el análisis y en el tratamiento de un determinado reto, problema o necesidad. Ante una demanda concreta hemos buscado una respuesta instrumental a base del binomio simple problema-solución. Y ello nos ha permitido vivir la etapa histórica de mayor desarrollo económico en la historia de la humanidad, el pasado siglo XX. Pero también probablemente nos ha incapacitado para analizar, entender y operar sobre la complejidad actual.

Actualmente, actuamos a partir de una cultura instrumental no sistémica. Pensamos en el binomio problema-solución y no en la comprensión de la complejidad creciente de los sistemas actuales que forman parte de nuestra vida. Cuando se quiere promover la emprendeduría se crea una incubadora municipal, no se analiza el sistema emprendedor. Cuando se trata de un sector emergente, se invierte en un nuevo edificio, no se tiene en cuenta la complejidad del correspondiente ecosistema innovador, se trata de inaugurar un nuevo edificio con un nombre en inglés.

Formamos especialistas en algo, pero ignorantes en todo lo demás. Cada uno en su mundo aislado de los otros, nadie aportando conocimientos transversales

Un primer problema que plantea Meadows para el pensamiento sistémico es que pensamos en palabras, pero las palabras se ordenan secuencialmente, una detrás de otra formando frases. En cambio los sistemas ocurren simultáneamente, donde cada elemento de un sistema cambia e interacciona sobre los demás de forma simultánea, y todos a la vez. Es por ello que el lenguaje hablado y escrito tiene sus limitaciones y para el tratamiento de sistemas deberemos recurrir a formas gráficas de representación. Un sistema debe dibujarse con sus agentes, sus interrelaciones y sus atributos para poder entenderlo, gestionarlo y mejorarlo. Dice Meadows: “El comportamiento de un sistema no puede ser conocido solo conociendo los elementos de los cuales está hecho el sistema”.

A nivel institucional esta dificultad se presenta por ejemplo en dos aspectos; el sistema de enseñanza y las administraciones públicas. En el primero, especializamos el conocimiento, formamos especialistas en algo, pero ignorantes en todo lo demás. Cada uno en su mundo aislado de los otros, cada uno con sus profesores grandes especialistas en su materia. Cada profesional con su Colegio celebrando sesiones gremialistas alejadas del correspondiente sistema. Nadie aportando conocimientos transversales ni visiones sistémicas.

En las administraciones públicas, cada ministro, consejero o concejal de ayuntamiento domina un área y es celoso de preservar su territorio. El responsable de urbanismo no sabe de estrategia económica y este no sabe nada del primero; cuando forman parte de partidos o de grupos distintos ya los límites se pueden transformar en trincheras de guerra. Resultado, no somos capaces de generar políticas que conecten con la realidad que siempre es sistémica.

Recuperemos la gran obra de Donella Meadows, por sus importantísimas aportaciones a la comprensión de la realidad actual y pensemos y actuemos en sistema. Todos saldremos ganando.

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