Artículo de Maria Rubert Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos
Los Juegos que fueron puerto, puente, puerta y pacto de Catalunya
l impulso de los Juegos Olímpicos de hace 30 años no transformó solo a Barcelona

La actriz Marián Aguilera, con 15 años, desembarca en Empúries con la llama olímpica el 13 de junio de 1992. /
El impulso de los Juegos Olímpicos de hace 30 años no transformó solo a Barcelona.
La oportunidad de un evento dedicado al deporte dibujado con cuidado y generosidad fue el detonante de unos cambios que dieron la vuelta a estrategias y maneras de hacer en el urbanismo de ciudades y pueblos. La apuesta más relevante fue seguramente la idea de descentralizar los eventos y ubicar los actos y actividades en otros núcleos, de acuerdo con su tradición deportiva y su potencial: en Terrassa, Banyoles, en Castelldefels o L'Hospitalet, por ejemplo .
No todos los municipios aprovecharon la ocasión de forma similar. En algunos lugares, como Empúries en el municipio de L'Escala, contribuyeron a mejorar el paisaje. Mientras tanto la sistemática construcción de infraestructuras que se impulsaban por toda Catalunya desbarataba los mejores paisajes por todas partes con variantes y túneles donde se colocarían naves y carcasas desordenadas. Años más tarde, el panorama se completó con la proliferación de rotondas. Por cierto: ¿Cuándo explicarán a las escuelas que más infraestructuras dedicadas al coche no quiere decir necesariamente mejor movilidad?
Los paisajes interiores de la Costa Brava se iban construyendo como una autopista de despropósitos, también en las orillas de Figueres o en Olot, donde quieren construir todavía otra variante cortando el llano de Les Preses. Si pasean por los alrededores de Mont-ras, donde vivía Josep Pla, comprobarán cómo un paisaje de gran belleza fue desmontado con la idea de hacer más fluido el tráfico y, oh sorpresa, el tráfico no es más fluido. La Paradoja de Downs-Thomson lo explica. Es necesario poner en la balanza la mejora de la eficiencia vial y sus efectos, es decir quién y que gana o pierde con el aumento de capacidad vial. Sin embargo, algunos lugares quedaron parcialmente ajenos a esta fiebre urbanizadora.
La llama llegó al puerto de lal antigua Empórion y una serie de obras realizadas con criterio, avanzadas a su tiempo, consiguieron fijar una forma de hacer y de respeto al paisaje del que disfrutamos todavía hoy. Partíamos de una situación privilegiada. Las urbanizaciones al servicio del turismo habían construido enclaves dignos en los que la presencia de vegetación y la calidad de la arquitectura son claves. El pinar de los terrenos militares y el ámbito arqueológico de las ruinas greco-romanas habían frenado la construcción de dos sectores importantes del frente de mar desde la posguerra. La urbanización de los humedales y la construcción de una segunda Empuriabrava fue detenida por los colectivos ecologistas más tarde.
Con la excusa de los juegos se construyó el paseo de Empúries a l'Escala aprovechando las trazas de la antigua carretera junto al mar, y eso sin cacharros, ni pérgolas metálicas, ni modernas farolas inclinadas. Una solución austera y elegante, impulsada por el equipo del entonces alcalde R.Bruguera, que coordinó el arquitecto F. de la Reguera y que todavía hoy es uno de los paseos más bonitos de la costa. Se ensaya aquí un modelo que con variantes la Dirección General de Costas impulsó también en otros lugares, como del Cervigón en Gijón que permite recorre los paisajes que adentran el verde hasta el mar siguiendo los acantilados, o en las dunas de la Dehesa de El Saler en la Albufera de València.
Los párkings, avanzándose también a las tendencias actuales, se organizaron sin asfalto, permeables, con gravas y hierba, cubiertos por una malla de árboles o con pérgolas de protección agrícola configurando espacios frescos y bonitos, tanto en verano, llenos a rebosar, como en invierno, vacíos. El modelo se entendió. Años más tarde el proyecto continuó hacia Riells y un conjunto de casas sin demasiado interés cambiaron con la construcción del paseo hasta el puerto. Más recientemente la transformación de todo el frente de mar de L'Escala, sin coches y con una urbanización austera coordinada por C. Ferrater, ha dado una nueva vida y calidad al municipio de más de 10.000 habitantes que congrega a una población variada, políglota y abierta, donde es difícil distinguir a los veraneantes de los que viven todo el año y que no paran de crecer.
Noticias relacionadasLos cuatro argumentos que articulaban el discurso de llegada de la llama olímpica, que redactó en su día mi hermano Xavier Rubert de Ventós, todavía resuenan. La llama llegó a un país que es puerto, puerta, puente y pacto.
Maria Rubert
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