Artículo de Astrid Barrio

En ‘topless’ y con velo

Lo más sorprendente es que este Govern crea que es compatible, desde una perspectiva feminista, llamar a liberar los cuerpos de la opresión del bikini y permanecer en absoluto silencio respecto al uso del velo islámico

Playa de la Barceloneta este pasado fin de semana

Playa de la Barceloneta este pasado fin de semana / JORDI COTRINA

Astrid Barrio

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Coincidiendo con el día mundial del 'topless', el Govern, a través de la Conselleria d'Igualtat i Feminismes, ha lanzado una campaña publicitaria en la que se reivindica el libre ejercicio del ‘topless’ por parte de las mujeres y denuncia la sexualizalización de su cuerpo. Más allá de que, justamente esa jornada también se celebraba el Día Europeo de las Víctimas del Fascismo y del Estalinismo, acerca de lo cual el Govern no dijo ni mu demostrando una gran insensibilidad, diversas cosas llaman la atención de esta acción publicitaria. 

La primera es que, hipócritamente, caiga exactamente en el mismo comportamiento que quiere denunciar ya que exhibe un pezón masculino al tiempo que oculta el femenino, seguramente por temor a que la imagen sea censurada por las redes sociales, su principal medio de difusión. La segunda es su absoluta desconexión con la realidad, ya que desde hace muchos años las mujeres gozamos de total libertad para el ejercicio del ‘topless’, basta con darse un paseo estos días por cualquier playa o cualquier piscina municipal, eso sí, que cumpla con la ley de igualdad efectiva entre hombres y mujeres aprobada en 2015, algo que han de garantizar los respectivos ayuntamientos. 

Pero lo más sorprendente es que este Gobierno crea que es compatible, desde una perspectiva feminista, llamar a liberar los cuerpos de la opresión del bikini y permanecer en absoluto silencio respecto al uso del velo islámico en cualquiera de sus formas, incluyendo en la playa, donde cada vez es más habitual la presencia de mujeres veladas, en algunas incluso bañándose cubiertas por sus vestimentas. Se argumentará que tolerar el velo es una muestra de respeto al pluralismo cultural y religioso de las sociedades, pero lo cierto es que su uso resulta inaceptable porque no nace de la libre decisión de las mujeres sino de la imposición religiosa y de la aceptación incluso por parte de muchos que se llaman feministas de una concepción aberrante según la cual el cuerpo de la mujer debe ocultarse para no ser objeto de deseo. Y eso es justo lo que la campaña pro ‘topless’ quiere combatir. Solo cabe exigir al Govern que sea coherente.

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