Artículo de Alfonso Armada

Siete libros para alumbrar Ucrania

Para entender cómo Putin ha forjado un poder incontestable, las obras de Masha Gessen y Catherine Belton resultan esclarecedoras

La destrucción causada por los rusos en el barrio Saltivka de Járkov

La destrucción causada por los rusos en el barrio Saltivka de Járkov / EFE / Orlando Barría

Alfonso Armada

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“El ojo no ha de llorar por falta de eco” es un verso de uno de los mayores poetas rusos, Joseph Brodsky, que se exilió de la URSS. Tenía una fe casi inquebrantable en la civilización y el lenguaje frente al totalitarismo. Hemos de seguir haciendo como si la razón y la verdad fueran a prevalecer. Vasili Grossman, que no consiguió que su obra maestra, 'Vida y destino', se publicara en vida, dijo en los años 50: “El hombre ruso ha visto durante los últimos mil años la grandeza y la supergrandeza, solo hay una cosa que no ha visto: la democracia”. Y parece que tardará en verla, a juzgar por la popularidad de Vladímir Putin, con una prensa sojuzgada y la persecución de la disidencia. Para entender cómo ha forjado un poder incontestable dos libros resultan esclarecedores: 'El futuro es historia. Rusia y el regreso del totalitarismo', de Masha Gessen (Turner), y 'Los hombres de Putin. Cómo el KGB se apoderó de Rusia y se enfrentó a Occidente', de Catherine Belton (Península).

La guerra de Ucrania está estancada en el este. Rusia se encontró con una resistencia inusitada. Ucrania confía en recuperar lo perdido con la ayuda de armas occidentales. Pero tras un verano atroz (especialmente para los ucranianos), hay cada vez más dudas de que la unidad de Europa frente al totalitarismo ruso resista un invierno de frío, descontento, inflación, egoísmo y cálculo político.

Hay muchas formas de estar en el mundo. Los libros son impagables compañeros de viaje. Me gustaría recordar lo que Carl Sagan decía acerca de un objeto que muchos han desterrado frente a los móviles: “¡Qué cosa impresionante es un libro! Es un objeto plano hecho de un árbol, con partes flexibles en las que se imprimen muchos garabatos graciosos. Pero si le echamos una mirada nos encontramos dentro de la mente de otra persona. Quizá alguien muerto hace miles de años. A través de los siglos, un autor hablando clara y silenciosamente dentro de tu cabeza, directamente a ti. La escritura es quizá la mejor invención humana. Une a personas que nunca se conocieron, ciudadanos de épocas distantes. Los libros rompen la barrera del tiempo. Los libros son prueba de que los humanos son capaces de hacer magia”.

“Cierro los ojos y oigo cómo doblan las campanas de Lvov, cada una de un modo distinto. Oigo el chapoteo de las fuentes en la plaza del Mercado acompañando el susurro de árboles olorosos a los que la lluvia primaveral les ha limpiado”. Jozef Wittlin, 'Mi Lvov' (Pre-Textos).

“Por estalinismo entendemos (…) el régimen fundado sobre la identificación entre un Estado y un Partido; la dominación no compartida de dicho Partido por un solo hombre –en este caso Iósif Stalin–; y un sistema en que la ideología y el terror, el culto a la personalidad, el control y la cadena de amenazas de la policía secreta (…) regularon la vida de los ciudadanos soviéticos, a partir de 1928, por encima de cualquier ley”. Antonio Martínez Illán, 'Seis poemas de Joseph Brodsky' (Eunsa).

Podemos engañarnos. Podemos ignorar el mundo que nos rodea. Podemos consumir solo lo que nos consuela o anestesia. Pero no por eso estaremos a salvo de la realidad. El mal no va a desaparecer aunque cerremos los ojos. Libros como estos ayudan a ver. Leyendo 'Stalingrado' (antes 'Por una causa justa') y 'Vida y destino', de Vasili Grossman (ambos en Galaxia Gutenberg), junto a 'Rusia. Revolución y guerra civil, 1917-1921', de Antony Beevor (Crítica), podemos sentir que levantamos un muro más que imaginario frente a la oscuridad, la sinrazón y la mentira.

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