APUNTE

Examinando a Xavi

Xavi, en el banquillo de Anoeta.

Xavi, en el banquillo de Anoeta. / Afp

Albert Guasch

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Xavi Hernández parece estar a prueba cada partido. No es una injusticia. O si se prefiere, no es inusual. Sucede en Barcelona con casi todos los entrenadores, curtidos o noveles. A Xavi aún se le considera de los últimos. Está comúnmente aceptado que la experiencia de Catar no desgrava, de la misma forma que ni puntúa ni penaliza lo sucedido la temporada anterior. La urgencia presidencial de invertir a todo trapo en el presente a costa de ingresos de mañana -solo se vive una vez, el futuro empieza hoy- convierte el proyecto de Xavi en una especie de examen de selectividad riguroso. ¿Es todo lo buen entrenador que se desprende de su discurso hilvanado y su carisma barcelonista? ¿Es el entrenador inspirado del día de la Real o el apagado del empate ante el Rayo?

No se dice aquí nada que no sepa él mejor que cualquier opinador del tres al cuarto. Es la exigencia que emana de la naturaleza de la institución y que promueve el presidente impaciente. Lo último, lo más reciente, vale más, porque se mide el progreso, y ante la Real Sociedad se sacó brillo con intervenciones directas que modificaron para bien el curso del partido. 

Pero habrá que puntuarle más cosas. La pérdida de protagonismo de las vacas sagradas, tantos años en el punto de mira, no fue una impugnación con pinta duradera (Busquets aún resulta insustituible y Alba, ya se verá en función de quién llega para hacerle competencia), pero airea la idea de que Xavi va imprimiendo un nuevo orden en el campo y por tanto en el vestuario. Nuevas piernas, nuevas voces. La ventaja de disponer de más recursos que el año pasado.

Decisiones de personalidad

Otro punto a tener en cuenta: la titularidad de Frenkie de Jong. Xavi no le ató las cadenas de los intereses vendedores del club, como a Memphis y Aubameyang, alineando a Pjanic, por ejemplo. Resalta ante quien convenga que es un jugador importante. Son en ambos casos decisiones de personalidad, de la que tampoco se dudaba, de cara a la plantilla y el club. Pero como se decía al principio, el examen no cesa y el del atrevimiento, lo va aprobando. Ya es.

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