El trasluz | Artículo de Juan José Millás

El águila y el gorrión

La cantidad aturde, abotarga, te quita el interés por las cosas. El mejor modo de desinformar consiste en informar mucho

El excomisario José Manuel Villarejo.

El excomisario José Manuel Villarejo. / EP

Juan José Millás

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 Observar la vida a través de la cantidad provoca desaliento. La cantidad de las malas noticias (o de una sola repetida muchas veces) conduce a la desinformación

 La cantidad aturde.

En Japón, hay ciento seis presos en el corredor de la muerte, haciendo cola, como el que dice, para ser ejecutados. Si hubiera uno solo, nos estremecería. Si hubiera uno solo, estaría solo, pobre, y nos daría lástima, pese a las atrocidades por las que hubiera sido condenado. Si hubiera un solo condenado a muerte en todo el mundo, viviríamos pendientes de él. Como son muchos, ni siquiera nos impresiona la expresión “corredor de la muerte”. Si hubiera un solo corredor de la muerte en todo el universo, temblaríamos al mencionarlo. Pero el mundo está lleno de corredores de la muerte y de gente en fila, a la espera de la ejecución, como los que esperan para coronar el K 2. No dan abasto los verdugos, no hay cuerda para tanta horca ni vatios para tanta silla eléctrica ni jeringuillas para tanta inyección letal. 

Esto es lo malo de la cantidad: que aturde, que abotarga, que te quita el interés por las cosas. El mejor modo de desinformar consiste en informar mucho. Cuando la realidad se vuelve excesiva, la gente huye de la realidad. Por eso se llenan las playas y los hoteles y las carreteras, porque la gente escapa en desbandada de los telediarios. Lo curioso es que huyendo de la cantidad se tropiece uno con ella: está todo masificado, desde los conciertos hasta el Everest. Los audios de Villarejo tenían cierta gracia cuando eran uno o dos. Ahora los apagamos porque media España está en ellos y porque ya hemos averiguado que nadie sale bien parado de una conversación privada. 

No más audios, por favor. Busquen uno que sea representativo de todos. Busquen a un condenado a muerte que metaforice a los demás. Nos gusta la metáfora por su capacidad de síntesis. Borges decía que el sustantivo es un resumen porque cuando dices “pájaro” te estás refiriendo lo mismo a un águila que a un gorrión. Necesitamos sustantivar, resumir, economizar. No más cantidades, por Dios, ni siquiera más cantidades de lo bueno. Gracias.

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