Liderazgo en tiempos de crisis

El mayor de los Mossos d’Esquadra Josep Lluís Trapero ofreció una conferencia sobre liderazgo en un acto privado organizado por Prensa Ibérica y EL PERIÓDICO DE CATALUNYA en Casa Seat. Con la prudencia de entrar en un terreno desconocido, el de conferenciante, pero con la pasión que pone siempre en su trabajo, Trapero analizó cómo pasar de una gestión de crisis a una gestión en crisis. Un sistema de liderazgo, a partir de su experiencia en una organización de 17.000 personas, preparado para una crisis permanente. Trapero argumentó que hay que afrontar la gestión diaria con una mirada puesta en los momentos críticos que sacuden a las organizaciones y a las empresas, pero sin dejar de lado acciones que lo que buscan es transformarlas e impactar en la sociedad. Trapero expuso su propuesta de liderazgo dejándose guiar por la forma de ser (el carácter), los valores y las creencias de cada persona y a partir de aquí fue detallando su manera de proceder. Esta es una síntesis de una conferencia dirigida a directivos y empresarios.

Parto de la base de que hay tres exigencias en el modelo de gestión: tener conciencia de cuál es ese nuevo entorno, llevar a la práctica un liderazgo efectivo y, por último, cultivar una determinada actitud personal. Repasaré ese nuevo entorno tanto desde el ámbito de la seguridad a uno más general. Respecto a la seguridad han aparecido cuestiones nuevas, como el cibercrimen, la precariedad social y sus derivadas en ocupaciones y desahucios, el conflicto social y la desafección y dos realidades más de los últimos tiempos, como son el consumo y tráfico de drogas, especialmente de marihuana, y los cambios en materia de violencia.

Ya en el ámbito general, me gustaría recordar que en las escuelas de directivos se nos describe un mundo volátil, incierto, complejo y cambiante y ambiguo y adverso. Así que planteo en qué medida nuestros liderazgos en todos los ámbitos no contribuyen a que ese mundo que no nos gusta se eternice. ¿Es naíf mi propuesta? O, quizá, lo que es naíf es pretender cambiar un mundo que no nos gusta, reproduciendo exactamente aquello que criticamos. Y ahí propongo que, desde esas funciones directivas, se lidere precisamente en dirección contraria. O sea, proponiendo un liderazgo que sea persistente (que no abandone su hoja de ruta), que aporte certeza a la organización y a la sociedad, que se ubique en la esencia (sin buscar atajos) y que sea claro y, si puede ser, generando complicidades.

Los pilares en que se apoya ese concepto de liderazgo efectivo son: ser verdad, fomentar equipos maduros, trabajar para impactar, cuestionarse y cuestionar, y no dejar de mirar alrededor. Por tanto, no tienen sentido aquellas propuestas o medidas que no provoquen una mejora concreta en el colectivo a quien van dirigidas, por un lado, y a proponer un equipo de mando que sepa ser crítico, cuestionador y disruptivo.

¿Tiene sentido hoy en día que los detenidos pasen su primera noche en el calabozo sin poder disponer de un libro, que tengan que estar bajo tierra, sin luz exterior y se les trate como hace treinta años? Seguramente no. Seguramente hay que revisar ciertos protocolos.

El último elemento importante en el que apoyo mi propuesta es el de la actitud personal. Gestionar en crisis es sobre todo una actitud que hay que cultivar. Y hay que apoyarse en cinco pilares. No creerse nunca por encima de los demás, gestionar el propio ego y el del resto del equipo, trabajar desde el rigor, trabajar desde la confianza en uno mismo y en su equipo y, por último, gestionar a los que reman en dirección contraria.

Enseñar lo aprendido

EL PERIÓDICO

Para cerrar la conferencia Trapero acudió a su cese. Afirmó que su aprendizaje le había llevado a mejorar, desde un punto de vista directivo, respecto a aquel policía que fue nombrado jefe de los Mossos en el año 2013 y tratado como un héroe en 2017. Defendió que lo importante no es necesariamente seguir por seguir, sino la huella que podamos dejar en las organizaciones y sobre todo que siempre nos podamos reconocer, que no nos alejemos de nuestra esencia.

Unas palabras de la película ‘Platoon’ le sirvieron para cerrar la conferencia y también para explicar por qué había aceptado la propuesta de EL PERIÓDICO: "Enseñar a los que vengan detrás lo que sabemos, e intentar el resto de nuestra vida encontrar la virtud y perfeccionarnos".

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