Artículo de Sergi Sol

¡'Visca' Cornellà, el Baix Llobregat y Catalunya!

Estopa canta en castellano y eso choca con el purismo esencialista de una parte del independentismo, al que le provoca congoja que les hayan dado la Creu de Sant Jordi

Ceremonia de entrega de la Creu de Sant Jordi a Estopa.

Ceremonia de entrega de la Creu de Sant Jordi a Estopa. / FERRAN NADEU

Sergi Sol

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Estopa se llevó la Creu de Sant Jordi. También la Companyia Elèctrica Dharma, entre otros agraciados. El cambio histórico en la Presidència de la Generalitat no es ajeno a esa nueva sensibilidad. Ya ocurrió con Justo Molinero, premiado el año pasado luego de la puesta de largo de Pere Aragonès, primer presidente republicano desde Lluís Companys.

El ‘president’ Aragonès se hizo eco en su intervención de las protestas de un irascible sector del independentismo, minoritario pero con notable peso en el Parlament.

Fue claro, para quien puso atención cuando defendió a todos los premiados con esta sentencia: “Uns noms en què només poden trobar-hi motius per la polèmica aquells que no entenen encara ni com és la Catalunya d'avui ni com serà la de demà”. ¡Pam! En toda la frente. De un plumazo puso en evidencia la intransigencia y los desvaríos.

Los premios fueron presentados por Mònica Terribas y Justo Molinero, ambos premiados en 2021. Y el discurso final, en nombre de los 30 premiados, fue de los hermanos Muñoz, Estopa. Toda una declaración de intenciones ahora. Y entonces. Junto a los Estopa excelieron los reconocimientos a personas que se han significado por la defensa y promoción de la lengua catalana. Con toda justicia. Porque una cosa para nada quita la otra.

La polémica, aunque fuera en un vaso de agua, apunta de manera diáfana a una de las diferencias fundamentales entre las corrientes del independentismo hoy, acentuadas tras el 1 de octubre. Otra es el principio de realidad, cuando se confunden los deseos con la verdadera dimensión sociológica de nuestro entorno. Unos tienen una Catalunya inclusiva en la cabeza. Completa. Toda elĺa, siendo conscientes además de la importancia demográfica del Baix Llobregat y las comarcas limítrofes. Y en otros destaca una visión mucho más identitaria, por mucho que la defensa de la identidad lingüística sea ampliamente compartida, como denota el acuerdo en materia de lengua. Por eso, reconocer a Estopa les provoca congoja. Igual les debe pasar con la también baixllobregatina Rosalía. Estopa canta en castellano y eso choca con el purismo esencialista que predican, una actitud que además es a todas luces contraproducente para la causa que dicen defender, en ocasiones profesando la fe de los conversos, toda vez que ese proceder da alas al discurso de la derecha rancia y de parte de una izquierda que sigue anclada en tesis lerrouxistas. Como aquello de que el catalán es la lengua de la burguesía. ¡Qué gran imbecilidad! Solo hay que recordar quién financió la candidatura de Manuel Valls, que solo sirvió para impedir que Ernest Maragall fuera alcalde de Barcelona. Al final, los extremos se tocan.

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