En clave europea

La tensión post-Brexit con la UE crecerá

El palpable desastre económico que ha supuesto el Brexit para el Reino Unido impulsa a los conservadores británicos a fomentar las tensiones y convertir a la UE en el enemigo exterior al que culpar de las dificultades del país

Periódicos con la noticia de la dimisión de Johnson, en el suelo de Downing Street, este viernes.

Periódicos con la noticia de la dimisión de Johnson, en el suelo de Downing Street, este viernes. / HENRY NICHOLLS

Eliseo Oliveras

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La Unión Europea (UE) desea que la renuncia de Boris Johnson como líder de los conservadores británicos abra la vía para mejorar las relaciones y rebajar la actual tensión con el Reino Unido. Dependerá mucho de qué dirigente escoja el Partido Conservador como nuevo premier. Pero los indicios apuntan a que mientras gobiernen los conservadores, rehenes de un núcleo ultranacionalista e impulsor del Brexit duro, las tensiones con la UE seguirán creciendo, principalmente a causa de la legislación en trámite parlamentario para modificar el Protocolo de Irlanda de Norte, incluido en el Tratado de Salida del Reino Unido de la UE.

Los principales candidatos a sustituir a Johnson como primer ministro han defendido esa legislación, aunque viola el derecho internacional y conllevará costosas sanciones europeas. La candidata favorita del ala dura tory, la ministra de Asuntos Exteriores, Liz Truss, considera indispensable modificar el protocolo norirlandés, mientras que para la UE esos cambios amenazan los Acuerdos de Paz de Irlanda del Norte de 1998.

La opción de Brexit más extrema por la que optaron los conservadores británicos, con la salida del mercado único europeo y de la unión aduanera, convirtió la cuestión de Irlanda del Norte en una cuadratura del círculo imposible sin concesiones británicas. Ahora los conservadores quieren cambiar el protocolo que pactó el propio Johnson con la UE y que después ratificó el Parlamento británico con su respaldo.

Controles aduaneros

Para preservar los Acuerdos de Paz de Viernes Santo no puede existir un control fronterizo de personas y bienes entre Irlanda del Norte e Irlanda. Pero la exigencia británica de salir del mercado europeo y de la unión aduanera implica que en algún punto debe establecerse un control aduanero para garantizar que los alimentos, el ganado y las mercancías que entran en el mercado europeo cumplen las normas de la UE. El protocolo del Brexit establece que Irlanda del Norte seguirá rigiéndose por la mayoría de normas del mercado europeo y que el control aduanero de los bienes procedentes de Gran Bretaña se realizará en los puertos de llegada a Irlanda del Norte.

Esto establece de facto una frontera aduanera en el mar de Irlanda, que ahora se ve como una fragmentación inaceptable de la unidad territorial por los conservadores británicos y por los unionistas protestantes norirlandeses (DUP), aún conmocionados por su derrota frente al Sinn Féin en las elecciones regionales del 5 de mayo. El Gobierno británico ha justificado su modificación unilateral del protocolo norirlandés en base a la "doctrina de la necesidad" porque "daña gravemente" la sociedad y la política en Irlanda del Norte. La UE respondió de inmediato reactivando en junio sus actuaciones legales contra el Reino Unido por violar el tratado del Brexit con el objetivo de imponer elevadas sanciones financieras y arancelarias.

Dieciocho meses después de la salida de la UE, las consecuencias negativas del Brexit son palpables para los británicos. Por ello, los conservadores, que dominan el Parlamento, tienen mucho interés en desviar la atención del desastre económico que ha supuesto en Brexit fomentando tensiones y convirtiendo a la UE en un enemigo exterior al que culpar de las dificultades socioeconómicas.

Recesión a la vista

El Reino Unido podría ser el primer país europeo en entrar en recesión. Su producto interior bruto (PIB) cayó en abril un 0,3%, tras haberse contraído ya el 0,1% en marzo, según la Oficina Nacional de Estadísticas (ONS). La economía británica a finales de 2021 ya era un 5,2% menor de lo que habría sido sin salir de la UE y la inversión era otro 13,7% menor, detalla el Center for European Reform. El Brexit también está causando una pérdida de poder adquisitivo media anual de 556 euros a cada trabajador, según la Resolution Foundationy la London School of Economics.

La inflación llegó en mayo al 9,1% y está impulsando sucesivas subidas de los tipos de interés por parte del Banco de Inglaterra, que se situaron en junio en el 1,25%. La abrupta alza de los costes energéticos y los alimentos ha obligado a más de dos millones de hogares británicos a dejar de pagar facturas cada mes y el 40% de los adultos a recortar su compra de comida, según la ONS. Las exportaciones británicas a la UE cayeron en 2021 un 25% respecto a su nivel pre-Brexit de 2019. A causa de ello, el déficit británico de balanza de pagos por cuenta corriente aumentó hasta el 8,3% del PIB en el primer trimestre del 2022 y el déficit comercial creció hasta el 9,8% del PIB, indica la ONS.

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