Artículo de Albert Soler

Un cuento chino de mascarillas

Quim Torra.

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Albert Soler

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Es falso que la totalidad de los catalanes piense que Presidentorra fue un inútil al frente del Governet. La familia Parellada rompe la unanimidad y lo considera más que útil, no en vano se embolsó 24 millones de euros en dos semanas gracias a los buenos oficios del entonces 'president', a quien espero hayan recompensado generosamente. A ver si van a creer que lo poco que hacía, lo hacía gratis. Los Parellada fueron a la China, compraron mascarillas, las vendieron a la Generalitat por 35 millones y ganaron ellos 24, que una semana de gestiones es agotadora y bien ha de ser retribuida. Al final serían menos de 24 por las comisiones que debieron quedarse por el camino, que eso es Catalunya y a esos niveles nadie mueve un dedo si no es para señalarse disimuladamente el bolsillo, ya el empresario entiende. Los Parellada conocen de qué va el percal, y quiero suponer que fueron generosos con todo el que lo demandó; hoy por ti, mañana por mí, y entre bueyes no hay cornadas.

Si Presidentorra hubiese tenido tiempo, habría conseguido hacer millonarios a todos los catalanes, pero por desgracia fue inhabilitado antes de coronar tal gesta. Y encima le llaman inútil. Si en dos semanas la familia Parellada ganó 24 millones, en dos mil semanas el Governet habría enriquecido a mil familias catalanas. Los números cantan. No a cualquier familia, solo a las afines al régimen, aunque -a estas alturas ya no hace falta disimular- eso en Catalunya ha sido siempre más cosa de cartera que de ideología. Presidentorra, el mismo vendedor de seguros en su más alta etapa profesional, sabe que el viajante de comercio es el arquetipo del buen catalán, y así como antes recorrían España con muestras de paños de Sabadell, ahora van a la China y regresan con mascarillas y una factura de tamaño acorde con aquel país. Así se ha hecho Catalunya.

Por eso el sucesor de Presidentorra, el muchachito llamado Aragonès, defiende el negocio de los Parellada con las mascarillas, afirmando también en este caso -hay que ver qué manía tiene el lacismo con repetir errores- que «volveríamos a hacerlo».

- ¿Treinta y cinco millones más en mascarillas? Eso está hecho 'president', me saco ya mismo un billete para la China.

- Déjelo, Parellada, era solo una forma de hablar. ¿A dónde va? ¡Vuelva aquí!

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