Pros y contras | Artículo de Josep Maria Fonalleras

Consideraciones sobre la valla de Melilla

La civilización es no dejar a nadie en el camino. Pienso en esto mientras sube el número de víctimas entre los inmigrantes que quisieron saltar la valla de Melilla, cubierta de hierros y con grietas de sangre y desesperación

melilla

melilla / El Periódico

Josep Maria Fonalleras

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Creo que fue Margaret Mead quien dijo que el primer ejemplo de civilización no era el entierro de los muertos o la voluntad de escribir o dibujar, sino el hallazgo de un hueso soldado. Alguien había sufrido una herida y, en lugar de dejar que aquel accidente le inhabilitara para la convivencia y provocara una muerte irremediable, otro humano no solo había procurado que los trozos del hueso volvieran a su lugar, sino que tuvo cuidado del enfermo, le protegió, asumió las tareas que tenía encomendadas, lo alimentó y le mantuvo con vida hasta que el herido volvió a ser útil para la comunidad. La civilización, pues, es no dejar a nadie en el camino. Podemos llamarlo empatía, piedad o mirada, es decir, el mero hecho de contemplar la realidad que nos rodea y hacer que la observación no sea neutra, aséptica o informe. 

Pienso en todo esto mientras sube el número de víctimas entre los inmigrantes que quisieron saltar la valla de Melilla, cubierta de hierros y con grietas de sangre y desesperación. Podemos aplicar toda la geopolítica que queramos, podemos realizar análisis intensos sobre relaciones internacionales. Sí, pero falta una mirada, la que se diluye en el universo de la indiferencia y la inhumanidad.

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