'Día de la Empresa'

Más conciencia empresarial

Es importante que los empresarios entren sin complejos en el debate de las ideas para evitar que los discursos populistas calen en la sociedad

Incendio de la Fàbrica Bonaplata, la primera que produjo máquinas de vapor.

Incendio de la Fàbrica Bonaplata, la primera que produjo máquinas de vapor.

Josep Sánchez Llibre

Josep Sánchez Llibre

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Hoy es un día de inmensa satisfacción para los empresarios y las empresarias, y en especial para el equipo de Foment del Treball, porque celebramos por primera vez en Catalunya el 'Día de la Empresa'. Logramos así nuestra reiterada reivindicación para subrayar el papel clave que juegan las corporaciones en el impulso social y económico de un territorio. Porque el justo reconocimiento del empresario es el punto de partida para construir una sociedad más dinámica que facilite la igualdad de oportunidades para todos.

En este sentido, quiero recordar un claro ejemplo que pone en valor la importancia de los empresarios en nuestro tejido productivo, y que ha hecho posible que Catalunya se convirtiera en un ejemplo pionero en el ámbito de la innovación industrial y la creación de empresas.

El 29 de noviembre de 1833 la Fàbrica Bonaplata publicaba un anuncio en la prensa en el que invitaba a visitar sus instalaciones en el barrio del Raval de Barcelona y ofrecía sus servicios a los industriales de Catalunya. Esta publicación ha servido como fecha de referencia de la puesta en marcha operativa de los hilados y tejidos de esta fábrica, que se convertía a partir de ese momento en la primera industria textil movida por la fuerza del vapor en el Estado español, considerándolo es un claro exponente del inicio de la industrialización moderna de Catalunya.

Este impulso decisivo hacia la industrialización y la modernidad en nuestro país tiene siempre detrás a personas emprendedoras que, con su esfuerzo, talento y capacidad de innovación, han hecho posible los grandes cambios para generar riqueza y progreso económico en el conjunto de la sociedad. En el caso de la Fàbrica Bonaplata es el impulso de tres empresarios ―Josep Bonaplata, Joan Vilaregut y Joan Rull― lo que hizo posible la introducción de la máquina de vapor en Catalunya y el inicio de una nueva era industrial.

Por esta razón, pedimos a todos los grupos parlamentarios del Parlament de Catalunya fijar el día del empresario, y nos pareció como un buen referente el ejemplo de la Fàbrica Bonaplata.

Por último, el Govern de Catalunya y el Parlament han decidido establecer el 27 de junio como 'Día de la Empresa en Catalunya', en consonancia con el día señalado por las Naciones Unidas como Día de las Microempresas y las Pequeñas y Medianas Empresas desde 2017. Sea en la fecha que sea, celebramos que se haya recogido la propuesta formulada en su día por Foment del Treball. Precisamente, en estos momentos muy afectados por la crisis que ha supuesto la pandemia y la guerra de Ucrania, los empresarios adquieren un rol fundamental en la construcción de una sociedad más justa.

Estamos pasando momentos de dificultad y las previsiones por lo que queda de año y para 2023 son francamente preocupantes. Hay que hacer un esfuerzo por remar a todos en la misma dirección, Gobierno, administraciones públicas y empresas debemos fijarnos como principal objetivo no ir atrás, evitar la destrucción de puestos de trabajo y facilitar el trabajo de las empresas.

La coyuntura económica actual tiene muchas incertidumbres, pero la más profunda y relevante son las desigualdades sociales. Aumentan la pobreza de nuestra población y su fragmentación, y éste es el gran reto que tenemos: hacer posible que estas desigualdades desaparezcan y que la cohesión social del país no se rompa. Por eso, desde Foment planteamos, y continuaremos haciéndolo, que es necesario un nuevo contrato social, desde una perspectiva de país y también europea. En este camino -difícil pero posible- es necesario profundizar seriamente en un diálogo productivo entre gobiernos y agentes sociales y económicos que vaya más allá de las palabras y de los parches y que sea efectivo, realmente, para alcanzar acuerdos que permitan desarrollar las reformas estructurales que necesita el país. Además, muchas personas, muchas familias –no sólo nuestro sistema productivo– están sufriendo las consecuencias de la inflación, del incremento de precios de la energía, de las materias primas y de los carburantes. Los empresarios podemos contribuir a encontrar soluciones y queremos hacerlo.

Defenderemos así un liderazgo con conciencia social y alma humanista, que persiga a la sociedad del bienestar, implementando soluciones a través de la colaboración público-privada, y oponiéndonos a las ideas de decrecimiento económico. Es importante que los empresarios entren en profundidad, sin complejos y con fuerza, en el debate de las ideas, para evitar precisamente que los discursos populistas calen en la sociedad.