APUNTE

Cuando los presidenciables no pintan nada

Ernesto Valverde, entrenador del Athletic Club de Bilbao,  celebra la victoria de la Supercopa de España frente al FC Barcelona  el 17 de agosto de 2015 en el Camp Nou.

Ernesto Valverde, entrenador del Athletic Club de Bilbao, celebra la victoria de la Supercopa de España frente al FC Barcelona el 17 de agosto de 2015 en el Camp Nou. / IGNASI PAREDES

Emilio Pérez de Rozas

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Es posible, muy posible, que estando a 607 kilómetros de Bilbao (bueno, ahora estoy en Assen, Países Bajos), todo se vea diferente. Es muy probable que no saber quiénes son los tres señores que se presentan a las elecciones presidenciales del Athletic (Joan Uriarte, Ricardo Barkala e Iñaki Arechabaleta) me impida realizar un juicio sensato, acertado, correcto y adecuado de la situación. Puede, sí, no lo niego.

Pero vayamos por partes, que diría Groucho Marx. La primera reflexión es la sorpresa que causa que un país como aquel, una ciudad como aquella, una sociedad y un club de las dimensiones del Athletic ofrezca, no solo una variedad inexistente de ofertas, de proyectos, sino que, al final, el nombre del presidente no desaparezca y, en lugar de tres candidatos, se presenten dos y, en lugar de tres presidenciables, se presenten dos entrenadores.

La bomba Bielsa

Es posible, no lo dudo, que durante las últimas semanas se haya debatido y hablado mucho de fútbol, de Lezama, de proyectos, de presente (hasta han hablado de fichar a Antoine Griezmann) y de futuro, pero nada de todo eso ha servido hasta que un candidato resucitó (perdón, utilizó) el nombre de Marcelo Bielsa. Un Bielsa, vino a decir, tuneado, pues el fútbol europeo le ha cambiado “no quemando tanto a los futbolistas” y, ahora, es otro técnico.

Y, claro, en cuanto apareció el ‘Loco’, los otros dos candidatos tuvieron que moverse deprisa y corrieron. Y apareció Ernesto Valverde, el entrenador más entrenador del Athletic. Y los dos candidatos (desaparecidos y en apuros) aceptaron (como ocurrió con Xavi Hernández, entre Joan Laporta y Víctor Font) que el ‘Txingurri’ fuese el arma (electoral) para evitar que Bielsa saliera presidente, perdón, entrenador.

Ese país tan admirado, esa sociedad tan distinguida, esa ciudad de tanto postín, ese club tan histórico, acabó en manos de dos entrenadores y todo el mundo olvidó a los presidenciables. Peor aún, Bielsa les dijo, antes de aceptar, que lo que tenían que hacer era repescar a Marcelino García Toral, pues su propuesta futbolística era estupenda. Pero ya llegaban tarde. Como llegaron tarde con Andoni Iraola, que los estuvo esperando a todos en Vallecas.

Empate técnico

Dice Valverde que la propuesta del Athletic, no, perdón, la idea (desesperada) de Barkala y Uriarte es “difícil, atractiva y estimulante”. Explica Arechabaleta que Bielsa “va a aportar mucho más que hace 10 años”. Pero lo único cierto es que usted entra en la encuesta que hay en elcorreo.com y, tras 12.000 votos o así, Bielsa atesora, justo, justo, el 50% de los votos y Valverde, el otro 50%. Es decir, ganará Bielsa, pues el ‘Txingurri’ divide el voto entre dos candidatos.

Y todo eso, mientras Barkala afirma que “me preocupa que las elecciones se decidan por un nombre”. Vaya, le preocupa. Y todo eso, mientras Uriarte dice (¿sospecha algo?) que “la política debería estar fuera del Athletic”. Y, mientras, Arechabaleta piensa que quien da primera da dos veces.

¿Y Zubizarreta?

Acabo. Estoy a 1.542 kilómetros de San Mamés, ya ven, en Assen (Países Bajos), el circuito conocido como la ‘catedral’ del motociclismo, lo que me acerca más a la actualidad del Athletic, pero no puedo acabar esta reflexión sobre las elecciones al mítico club vasco sin contarles que, aunque les extrañe, ninguno de los candidatos ha llamado o contactado con Andoni Zubizarreta, el hombre, el futbolista, que mejor conoce la idiosincrasia de ese pueblo, de esa ciudad, de ese club y de Lezama.

‘Zubi’ no solo es el heredero del ‘Chopo’, es el hombre que más y mejor se ha preparado a lo largo de los últimos años para servir al Athletic desde cualquier posición, tanto que resulta difícil (perdonen, imposible) entender que los leones y sus presidenciables encuentren un director general o un director deportivo mejor y/o más preparado que ‘Zubi’. Imposible.

Pues bien, ni le han llamado, ni le han parado por la Gran Vía, ni enviado un washap. No tiene sentido y demuestra cómo han hecho las cosas los candidatos, cuyo programa no existe, cuya propuesta es cero y cuya papeleta ha terminado siendo: Valverde o Bielsa.

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