Artículo de Rosa Paz

Sánchez no sale en la foto

Pese a lo que proclaman los portavoces del PP, en Europa se respeta al presidente del Gobierno, pero sus esfuerzos por poner a España en la primera línea de la parrilla de salida no han tenido todavía el éxito buscado

Rosa Paz

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El presidente de la República francesa y los jefes de Gobierno de Alemania e Italia han tardado cuatro meses en viajar a Ucrania a expresar su apoyo a Volodímir Zelenski ante la agresión rusa, ratificarle su respaldo al ingreso en la UE y hay quien dice que también a pedirle que haga concesiones, para acabar con esta guerra que está trastocando las economías europeas. A lo mejor porque el mensaje era duro, y ya iban tarde, prefirieron ir juntos. El caso es que acudieron Macron, Scholz y Draghi, una tríada que representa a los tres países más poderosos de la UE, lo que les convierte en los tres políticos más influyentes del continente. No habían ido antes por razones diversas, Macron porque ha dedicado parte de ese tiempo a hablar por teléfono con Putin, sin ningún éxito; los otros dos porque hacen equilibrios en la cuerda floja, dado que sus países tienen una gran dependencia del gas ruso.

Pedro Sánchez, más diligente, visitó al presidente ucraniano hace ya dos meses. No necesitaba, por tanto, volver. Pero seguro que le hubiera gustado aparecer en esas fotografías en las que los tres mandatarios europeos posaron para la posteridad. De haber sido así, su influencia política y la de España como cuarta economía de la UE se habrían reforzado. Además, su sola presencia en Kiev con Macron, Scholz y Draghi habría enervado a las derechas españolas y a lo mejor le habría dado unos puñados más de votos para la candidatura socialista en las elecciones del domingo en Andalucía. Pero no fue así. Sánchez les cae bien a sus colegas y, pese a lo que proclaman los portavoces del PP, en Europa se le respeta, pero sus esfuerzos por poner a España en la primera línea de la parrilla de salida no han tenido todavía el éxito buscado. Tal vez dentro de diez días, en la cumbre de la OTAN en Madrid, de la que será anfitrión, consiga esa presencia internacional que lleva tiempo buscando, especialmente con el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, que, de momento, tampoco le invita a sus videoconferencias con los dirigentes europeos.  

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