Artículo de Care Santos

El lío del adverbio de foco

La cuestión adverbial ha puesto el foco (perdonen la broma fácil) sobre algo más serio: el modo en que los alumnos llegan a esos exámenes, la responsabilidad que tienen en el asunto sus preparadores

Reparto de exámenes de la selectividad en la UPC, en Barcelona

Reparto de exámenes de la selectividad en la UPC, en Barcelona / ACN / MARÍA BELMEZ

Care Santos

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Llevo veinticuatro horas hablando de algo llamado «adverbio de foco». Apareció en mi vida el martes, de improviso, como en la de tantos como yo, padres o madres de alguno de los 40.557 alumnos que estos días sufren en Catalunya las horrendas pruebas de acceso a la universidad. Para los demás, aclaro: el examen de lengua castellana, primero de las pruebas de selectividad de este año, incluía un ejercicio de «sintaxis inversa». Siguiendo el enunciado había que redactar una oración que incluyera un adverbio demostrativo, un verbo modal, un adverbio de foco y un complemento agente. Y he aquí el escollo donde tropezaron muchos: ¿qué demonios es un adverbio de foco?

Lo busqué en el libro de lengua castellana de mi hija. Ni rastro. Lo busqué en la 'Nueva gramática de la lengua española' de la Real Academia (edición de 2010). Eureka. Allí se habla de una suerte de revolución de los adverbios, que yo ignoraba por completo. Las cosas están cambiando. Hay más categorías que antes. Algo se mueve en el sintagma adverbial. Pero no solo en él. Y no del mismo modo en todas partes. En Catalunya, por ejemplo, es obligatoria la nueva gramática. En Andalucía, aún no. Un predicado ya no es lo mismo en todas partes. Peor: un predicado es, en segundo de bachillerato, distinto a lo que era en segundo de la ESO. El lío es más lioso de lo que parecía y el adverbio de foco es solo su abanderado. Me encantaría, por cierto, mantener una conversación sobre adverbios de foco con el profesor Ángel J. Gallego, responsable de los exámenes de lengua castellana de las PAU en Catalunya, pero no me he atrevido a escribirle.

Aclarado el asunto, y más relajada, pasé el resto del día en internet. No vean ustedes el cachondeo que había en redes con el temita. «Nunca pensé que lloraría por algo llamado adverbio de foco», decía una estudiante. «Mira, un adverbio de foco», ponía otro, sobre la imagen de la bombilla de su mesa. También había fotos de focas macho. Chistes: «¿Qué hace una foca a oscuras? Espera a un foco». Multitud de alumnos quejándose de que nunca habían oído hablar de tal adverbio. Y agradecimientos exaltados, como este: «Contra la ignorancia, buenos profesores, ¡gracias, Toni!!». Por la tarde, me encontré con otros padres de examinandos y la primera pregunta fue: «¿Cómo le ha ido a tu hija con el adverbio de foco?». 

Los criterios de evaluación de las pruebas de la selectividad no son ningún misterio. Quien quiera conocerlos, solo tiene que acceder a la página web oficial del Departament y buscar un documento titulado «Glossari de llengua castellana». Allí dará con nuestro amigo el adverbio de foco, incluido en una lista de novedades de este año y marcado en contundente letra negrita.

La cuestión del adverbio ha puesto el foco (perdonen la broma fácil) sobre algo más serio: el modo en que los alumnos llegan a esos exámenes, la responsabilidad que tienen en el asunto sus preparadores —de quienes se espera que conozcan los criterios y que proporcionen a sus alumnos información útil, válida y actualizada. O la pertinencia de utilizar la selectividad como escenario de las nuevas revoluciones del lenguaje, y no hacerlo del mismo modo en todas partes. A pesar de todo, celebro que la gramática se actualice, aunque preferiría que nos facilitara la vida en lugar de complicárnosla. Por último, por si albergan la duda y por si acaso alguien les pregunta de súbito, aquí van algunos adverbios de foco: apenas, casi, exclusivamente, concretamente, incluso, solo, también, tampoco.

Suscríbete para seguir leyendo