Nacionalismos inútiles
En estos momentos el terreno está predispuesto a que las Olimpiadas no se organicen en España
Álex Sàlmon
Periodista. Director del suplemento 'Abril' de Prensa Ibérica.
Las formas de actuar que tienen los nacionalismos siempre son contraproducentes. De entrada, y en apariencia, consolidan territorios, pero casi siempre acaba siendo negativo para la comunidad de las personas. Territorios ‘versus’ individuos.
Una demostración más la tenemos en la polémica inútil sobre la candidatura española a las olimpiadas de 2030. Que si Catalunya o Aragón, que si Barcelona o Zaragoza, que si Jaca o Puigcerdà.
En la España pospandémica existe una moda creciente de nacionalismo local. Es una metodología política que va a más y que otros demostraron de su utilidad solo política para el recorrido corto o medio. Jordi Pujol fue un ejemplo para todos, e Isabel Díaz Ayuso y Javier Lambán exhiben y justifican que no hace falta ser ni catalán o vasco, ni convergente o del PNV, para consolidar ese tipo de idearios.
Díaz Ayuso hizo nacionalismo madrileño del bueno con aquello de “Madrid es libertad” y Lambán juega a lo mismo aprovechando un conflicto por la nieve y la montaña que cuando es analizado por especialistas del deporte blanco deja de existir.
En estos momentos el terreno está predispuesto a que las Olimpiadas no se organicen en España. Y más observando como la candidatura de Sapporo, y también la de Salt Lake City, se presentan mucho más organizadas que la de los Pirineos.
El Gobierno, o la Moncloa, no quiere conflictos territoriales que puedan empañar el camino a las elecciones del próximo año. Para el presidente de Aragón es perfecto mostrar su orgullo maño construyendo un relato de menosprecio a la Catalunya siempre más altanera. Para el Govern de Pere Aragonès tampoco es fácil convencer a los territorios de montaña que las Olimpiadas tendrán beneficios claros.
Un paseo por las carreteras del Pirineo ya muestra el rechazo de los de siempre al proyecto. Eso es en cuanto a los de Aragonès. Al Govern, línea JxCat, cualquier situación que los ligue a decisiones del Gobierno Sánchez les incomoda.
¿Sirve esta tropelía para que los dos gobiernos autonómicos piensen en planes sobre el Pirineo? ¿Proyectos de montaña? Este analista, siempre positivo, intuye que no.
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