Artículo de Isabel Sucunza

Extingámonos

Ante la posibilidad de que el planeta entero colapse, llega Musk con su solución, ¿para el planeta?, no, para los humanos: largarnos a otro sitio

La nueva norma de Elon Musk en Tesla: o trabajo presencial o despido

La nueva norma de Elon Musk en Tesla: o trabajo presencial o despido

Isabel Sucunza

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Hacia el final de la obra 'Canto mineral', de la compañía AzkonaToloza, Laida Azkona se sube a una mesa y empieza a lanzar frases sacadas de conferencias de Elon Musk, el magnate de los viajes eléctricos por carretera y ahora también de los viajes espaciales con pasajeros. La obra ha ido explicando cómo se forman las montañas y los volcanes, y cómo el ser humano se ha dedicado a explotarlos. Pasan millones de años, los recursos se van acabando y, ante la posibilidad de que el planeta entero colapse, llega Musk con su solución, ¿para el planeta?, no, para los humanos: largarnos a otro sitio.

Musk va en serio: su empresa, SpaceX, ahora mismo hace pruebas de aterrizaje (las de despegue las tiene superadísimas) de naves espaciales. Como su objetivo es establecer en Marte una colonia de un millón de personas, su obsesión es abaratar el viaje, y eso implica conseguir que los cohetes sean reutilizables. Si buscáis en Youtube alguna de sus conferencias, os encontraréis con un personaje que recuerda mucho a Peter Isherwell, de la película 'Don’t look up' ('No mires arriba'), de Adam Mckay, pero más cercano, más amable, encantador. Musk tartamudea un poco y parece un chaval alucinado con su propio proyecto de clase de tecnología. Cuando explica por qué Marte es el mejor plan B, dice cosas como que en Venus hace mucho calor y que vale que en Marte hace frío, pero ya lo calentaríamos. “Jiji”, añade.

El pavor que me provoca que el discurso de Musk sea tan amable, tan gracioso, tan efectivo entre la gente que le puede dar las cantidades ingentes de dinero que necesita para ponerlo todo en marcha, solo he conseguido calmarlo leyendo 'La mesura de l’home', los cuentos de Héctor Rivadeneyra Moll (aka. Javier Calvo) que acaba de publicar la editorial Males Herbes. También me ha ayudado recordar las novelas de Ursula K. LeGuin: 'El nombre del mundo es bosque', por ejemplo, para no perder de vista que somos humanos: la cagaremos en Marte igual que la hemos cagado aquí. El discurso Mr. Wonderful de Musk no se aguanta. Extingámonos, de verdad: dejemos en paz al universo de una vez.

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