Artículo de Carles Sans

Impuestos en Catalunya, ¡al loro!

Los catalanes somos quienes más impuestos pagamos, de los cuales, ¡ojo al dato!, 19 son tributos propios de la comunidad catalana

Contribuyentes en una de las oficinas de Hacienda en Barcelona

Contribuyentes en una de las oficinas de Hacienda en Barcelona / Ricard Cugat

Carles Sans

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Estos días ha sido portada de los periódicos la noticia de que en Catalunya el Estado central solo ha invertido un 36% de lo convenido. Si la noticia por sí misma ha dolido, la de que en la Comunidad de Madrid se ha duplicado la inversión prevista, entonces hemos tocado hueso y eso ha dolido aún más. Según datos del Ministerio de Hacienda, se supone que Catalunya ha recibido un 9% de las inversiones que se realizan en las comunidades mientras aporta un PIB nacional del 19%. No deja de sorprender que con lo que ha caído en los últimos años en Catalunya, la tensión que se ha generado y la especial sensibilidad que hay con respecto a las diferencias entre lo que se aporta y lo que se percibe, ahora, el Gobierno de Sánchez no contemple como un asunto sensible estás carencias hasta hoy injustificadas por el Ejecutivo, que mantiene una cierta opacidad a la hora de detallar por qué ha ocurrido tal cosa. Quizá no haga falta recordar que las cuentas del 2021 fueron aprobadas gracias a los votos de los miembros socios del Gobierno, entre los que se halla ERC. Catalunya, al parecer, era una de las comunidades que más tenía que recibir y ha acabado siendo la tercera, detrás de Madrid y Andalucía.

Así pues, a día de hoy, los catalanes somos quienes más impuestos pagamos, de los cuales, ¡ojo al dato!, 19 son tributos propios de la comunidad catalana, es decir, que son cánones e impuestos propios, hay que recalcar este punto porque hay que saber que las tuercas no siempre las aprietan desde Madrid. Si además uno vive en Barcelona y se encuentra que ha de pagarle a un ayuntamiento insaciable que nos pide una tasa para los residuos que generamos, por los bienes inmuebles, por las actividades económicas que hacemos, por las plusvalías, por los impuestos sobre nuestros vehículos y por unas cuantas cosas más, entonces vemos que pagamos más de lo que nos gustaría y recibimos menos de lo que nos correspondería.

¡Cuidado con eso! Que entre unos y otros no nos hagan enfadar, que luego pasa lo que pasa, salta la chispa y todos salimos perdiendo. ¡Al loro!

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