Artículo de Ana Bernal-Triviño

Señalar a las abolicionistas

Cómo no nos van a señalar, si somos el primer país en consumo de prostitución de Europa y del mundo

Varias mujeres participan en la manifestación convocada en Madrid por asociaciones feministas en defensa de los derechos de las mujeres, contra la ley trans que impulsa el Ministerio de Igualdad y a favor de abolir la prostitución, el pasado 23 de octubre de 2021 en Madrid.

Varias mujeres participan en la manifestación convocada en Madrid por asociaciones feministas en defensa de los derechos de las mujeres, contra la ley trans que impulsa el Ministerio de Igualdad y a favor de abolir la prostitución, el pasado 23 de octubre de 2021 en Madrid. / EFE / ZIPI

Ana Bernal-Triviño

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La semana pasada hubo una manifestación de feministas abolicionistas de la prostitución. Minutos después, Pablo Iglesias publicó en un tuit: “Esta es la movilización contra la ley trans con autobuses de toda España. Faltaba el equipo de Lesmes del CGPJ”. Luego, borró el tuit.

Se puede ser crítico con la abolición, o discutir cómo llegar a ella, pero sin faltar a la verdad. Quienes opinan como Iglesias saben que hay votantes de Podemos abolicionistas, otras que no han opinado de la ley trans, mujeres trans abolicionistas y que en esa manifestación había víctimas del sistema ‘prostitucional’ y de este negocio criminal.

El tuit tuvo repercusión porque lo escribió Iglesias, pero las manipulaciones parecidas contra el abolicionismo han aumentado estos años. También de una izquierda que se llena la boca con la memoria histórica pero menos con la memoria histórica feminista. Mujeres a las que silencian su discurso abolicionista. Dejaré solo estas palabras de Mujeres Libres, en mitad de la Guerra Civil: “La empresa más urgente a realizar en la nueva estructura social es la de suprimir la prostitución. Antes que ocuparnos de la economía o de la enseñanza, en plena lucha antifascista aún tenemos que acabar radicalmente con esta degradación social. No podemos pensar en el trabajo, en ninguna clase de justicia, mientras quede en pie la mayor de las esclavitudes: la que incapacita para todo vivir digno”. No sabía que las ideas de Mujeres Libres o Clara Campoamor, adelantadas a su tiempo, ahora se equiparaban con Lesmes. Si ellas levantaran la cabeza y vieran esta izquierda… 

Luego pienso que cómo no nos van a señalar a las abolicionistas, si somos el primer país en consumo de prostitución de Europa y del mundo. Así que tenemos puteros y proxenetas por cada metro cuadrado contagiando a esa izquierda un discurso de falsos mitos. La clave es cuánto estás dispuesto a traicionar tus principios. El abolicionismo está en la raíz del feminismo. Porque tiene memoria histórica feminista. Y voz. Y voto, recuerdo.

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