Artículo de Ana Polo

Solecito, chancletas y orgullo LGTBIQ+

Estamos tan bien que no lo estamos nada. Os lo dirá cualquier persona de la comunidad LGTBIQ+

Una bandera del orgullo LGTBIQ+.

Una bandera del orgullo LGTBIQ+. / ARCHIVO

Ana Polo

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Ya está aquí junio: solecito, chancletas y orgullo LGTBIQ+. Como cada año, las marcas cambiarán las respectivas imágenes de perfil en las redes sociales y las llenarán de arco iris para demostrarnos cómo de a tope están con los derechos de la comunidad LGTBIQ+. Los medios de comunicación tratarán el tema porque toca, mientras el resto del año la perspectiva diversa brillará por su ausencia, cuando la cisheteronorma vuelva a ocupar todos los espacios y sea el único punto de vista válido. Y como cada año, saldrán algunas voces a decir que por qué debemos tener un día, un mes, un espacio de reivindicación; si ya estamos muy bien.

Estamos tan bien que la semana pasada me propusieron ser guionista de una gala en La 2 de TVE Catalunya sobre el Orgullo y la comunidad LGTBIQ+. Una gala presentada por una conocida periodista catalana que no es ni L ni G ni T ni I ni Q ni +. Una conocida presentadora catalana que es B por partida doble, pero no precisamente por bisexual. Y yo me pregunto: ¿es tan difícil de entender que las acciones del colectivo LGTBIQ+ deben estar protagonizadas por personas LGTBIQ+? ¿Alguien se podría imaginar una gala antirracista, Black Lives Matter, presentada por Quim Masferrer? Necesitamos poder representarnos a nosotras mismas y ocupar nuestros espacios, sin que nadie se apropie de nuestra voz; exactamente igual que hacen las personas cis y heteros.

Estamos tan bien que el otro día estábamos besándonos con mi pareja por la calle, tan tranquilas, cuando sentimos que desde un balcón unos chicos nos gritaban: “No paréis, seguid, seguid”. Como queriendo decir. Porque como lesbianas no solo estamos expuestas a la violencia que implica no seguir la heteronorma y la invisibilización constante; no. A nuestro ‘jackpot’ se le debe sumar siempre la posibilidad de que cualquier hombre utilice nuestra intimidad y nuestra sexualidad en nuestra contra. Porque puede. Porque desde pequeño le han enseñado que las lesbianas, si existimos, es como objeto de deseo de los hombres.

Estamos tan bien que el 5 de julio hará un año del asesinato de Samuel, a quien apalearon de muerte a gritos de “maricón”. Estamos tan bien que no lo estamos nada. Os lo dirá cualquier persona de la comunidad LGTBIQ+. Escuchadnos. Dad por válidas nuestras críticas, nuestras experiencias y nuestros relatos de violencia; por muy insignificantes o irrelevantes que os parezcan. Y sobre todo, hacedlo todo el año, con arco iris o sin él.

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