Apunte

¿Funciona el ascensor social?

El sexo se suma a la procedencia familiar y geográfica como condicionante de la movilidad intergeneracional, según un estudio publicado por Esade

Ascensores en un edificio

Ascensores en un edificio

Agustí Sala

Agustí Sala

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En tiempos de desigualdad creciente cabe hacerse la pregunta: ¿funciona el ascensor social? Pues depende de la familia en la que uno haya nacido y también la zona geográfica (por simplificar, cuanto más ricos de cuna mayores facilidades). Pero a esas dificultades o facilidades de prosperar en función del origen se suma también el sexo. Lo detalla un 'policy paper' publicado por el Centro para políticas económicas de Esade (EsadeEcPol).

Javier Soria Espín, el autor, investigador doctoral en la Paris School of Economics, revela la existencia de una curva Gran Gatsby (un gráfico que representa la relación positiva o directa entre la desigualdad económica y la inmovilidad social intergeneracional) territorial en España.

Pero hay diferencias. Catalunya, agrega, cuenta con tasas de movilidad intergeneracional (relación entre el nivel socioeconómico de padres e hijos) "al nivel de Escandinavia". En cambio, hay comunidades en las que la prosperidad futura está mucho más condicionada por la procedencia familiar. Son por ejemplo Andalucía y Canarias, con movilidades intergeneracionales similares a las del sur de EEUU. En general, ser del sur (calor) o del norte (frío) influye, como afirmaba David Landes, autor de 'La riqueza y la pobreza de las naciones'.

Y no es que en España tengamos la peor situación. En términos medios, el ascensor social español "se sitúa en un punto intermedio entre los países de alta movilidad intergeneracional, como Australia o Suiza, y los de baja, como EEUU e Italia".

El estudio refleja también que los hijos que migran de una zona más pobre del país a otra más rica suelen mejorar su situación respecto a la de sus padres. Ninguna sorpresa. Lo inquietante es que "las niñas tienen una movilidad intergeneracional sistemáticamente más baja que los niños". O sea, las hijas de hogares con ingresos medianos, terminan de media en un percentil (franja poblacional) más bajo que los hijos de familias de las mismas características, con una brecha de ingresos media de 2.796 euros. Aún hay mucho por hacer.

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