La tribuna de Carlos Carnicero Urabayen

Terrorífica excepcionalidad americana

Los vínculos entre el lobi de las armas y el Partido Republicano son fortísimos y sobreviven a bochornosas tragedias como la del tiroteo de Texas

Un miembro de la Asociación Nacional del Rifle, en uno de los estands de una convención de la organización, en Kansas City.

Un miembro de la Asociación Nacional del Rifle, en uno de los estands de una convención de la organización, en Kansas City.

Carlos Carnicero Urabayen

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Si no fuera por esta insoportable tragedia que se repite deprimentemente cada cierto tiempo, habría que reconocer a algunos un especial sentido del humor. El senador republicano Ted Cruz ha dicho a las afueras del colegio donde se ha producido el tiroteo más letal en Estados Unidos en 2022 – el segundo en los últimos 10 años en un centro educativo - que las puertas abiertas son las auténticas culpables del asesinato de 19 niños y dos maestras en manos de un chico de 18 años armado con un rifle semiautomático AR-15.

En un vídeo se puede ver a Cruz explicando que la puerta trasera del colegio Robb en Uvalde, Texas, estaba abierta al igual que ocurrió en el Instituto de Santa Fe, también en el mismo estado, cuando otros ocho estudiantes y dos profesores fueron acribillados en 2018. Lo sustancial para prevenir esta lacra, según Cruz, es bloquear el acceso de los asesinos. Y no evitar que prácticamente cualquiera, cumplidos los 18 años, pueda comprar legalmente armas.

Se estima que en Estados Unidos hay unas 350 millones de armas de fuego en manos privadas, en un país que tiene 330 millones de habitantes. El origen que explica cómo la sociedad de la primera economía del mundo está tan descontroladamente armada viene de la segunda enmienda de la Constitución Americana, aprobada a finales del siglo XVIII. La enmienda consagra el derecho del pueblo a poseer y portar armas.

Los 50 estados que componen el país pueden regular la cuestión. Hay una ley federal, pero en la práctica los estados mandan y los niveles de restricción varían. No es casualidad que Texas tenga una de las legislaciones más laxas. El asesino de Uvalde compró legalmente el rifle el día de su 18 cumpleaños. En todo caso, si un estado pone trabas, es posible que en unas horas en coche cualquier ciudadano pueda cruzar a un estado vecino más permisivo.

Las bases de cualquier Estado moderno se asientan en que solo el Estado puede ejercer la violencia legítima. Si dejas la primera línea de defensa en manos de los ciudadanos armados, es la ley de la selva

Aunque Cruz nos hable de puertas abiertas, el problema de fondo es evidente. Hay una correlación entre un acceso masivo a las armas y el número de homicidios. No es casual que las bases de cualquier Estado moderno se hayan asentado sobre la capacidad del Estado de ejercer la violencia legítima de manera exclusiva. Si dejas la primera línea de defensa en manos de los ciudadanos armados, es la ley de la selva.

Estados Unidos, con una tasa de 6,28 homicidios por cada 100.000 habitantes, tiene la tasa de homicidios más alta entre los países desarrollados. En la vecina Canadá la tasa es más de tres veces menor (1,97). En EEUU, una media de 321 personas cada día sufre un disparo, produciendo 42 muertes y 65 suicidios. Hace apenas dos semanas, 10 personas, casi todas negras, fueron asesinadas por un supremacista blanco en un supermercado de Buffalo, Nueva York.

El presidente Joe Biden ha declarado estar “cansado” ante las repetidas matanzas. “Tenemos que actuar. Todos sabemos lo que hay que hacer". El problema es que la decisión no depende de él. A raíz de lo ocurrido, un grupo de senadores demócratas y republicanos ha comenzado a estudiar propuestas para evitar que las armas caigan en manos equivocadas, pero el escepticismo sobre las posibilidades de que el ‘establishment’ norteamericano cambie realmente la cultura de armas en el país es evidente. 

Hace 10 años, en la escuela de primaria Sandy Hook en Newtown, Connecticut, se produjo un ataque casi idéntico. Tras lo ocurrido, un grupo de representantes de los dos partidos propusieron cambios, pero una mayoría de senadores republicanos y algunos demócratas bloqueó la iniciativa.

Los vínculos entre el lobi de las armas y el Partido Republicano son fortísimos y sobreviven a estas bochornosas tragedias. A los pocos días del tiroteo, el gobernador de Texas, Gregg Abbott, tenía planeado participar en la reunión anual de la Asociación Nacional del Rifle. Otros célebres republicanos como Donald Trump y Cruz forman parte del programa.

Es conocida la percepción de muchos norteamericanos de vivir en un país excepcional por su especial historia y su vocación de liderar el mundo. La capacidad de inspirar que tiene este país está fuera de duda, pero la sombra de una sociedad armada que permite la repetición de estas tragedias produce una gran mancha.

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