Opinión

El 'efecto Shein' y el fin de los probadores en las tiendas

El auge de la china Shein y de la lituana Vinted abre incógnitas en el sector de la moda

Tienda de Massimo Dutti en el paseo de Gràcia de Barcelona, de Inditex, y lejos de la 'fast fashion'.

Tienda de Massimo Dutti en el paseo de Gràcia de Barcelona, de Inditex, y lejos de la 'fast fashion'.

Eduardo López Alonso

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La china Shein y la lituana Vinted amenazan con poner patas arriba el sector de la moda. La primera, con sus precios ultrabajos, y Vinted, con la venta de ropa de segunda mano y su apuesta por la economía circular. Un estudio de mercado basado en una encuesta realizada por Smartme ha puesto cifras al secreto a voces del auge de ambas firmas en el circuito de la moda en España. Sin compromisos morales con la sostenibilidad del planeta, Shein acelera procesos iniciados por las multinacionales de la moda como H&M, las de Inditex, Mango, Desigual, etcétera. El mercado 'extrem low cost' obliga a todas ellas a elevar precios y calidades, diversificar gamas de producto y extremar promesas de intangibles. Con Shein, el textil de fiesta de usar y guardar de aparente alto copete pasa a ser trapillo de usar y vender a un tercio del precio.

Las enseñas que veían en la elegancia a buen precio un mercado atractivo van a tener que extremar el cuidado de sus apuestas. Las marcas de biquinis ya reconocen en Shein un duro contrincante. Admiten los directivos de las grandes multinacionales de la moda, antes 'fast fashion', que no compiten contra una firma de moda, que se trata de una firma tecnologística, una nativa digital que puede hacer diabluras con los datos de sus clientes. La clave de Shein es que los centros de decisión están junto a las fábricas y que su respuesta ante cambios de demanda ya no es 'fast' sino 'ultra fast', ultrarrápida. Cuando desde la sede de Arteixo detectan una tendencia súbita en las tiendas a través de sus sistemas de seguimiento electrónico de prendas, pueden reaccionar y quizá en un par de meses poner a la venta en la web un producto que siga la estela de lo percibido. Esos tiempos de respuesta pueden reducirse a un par de semanas en el caso de Shein. Los tiempos de envíos desde Asia se han reducido y soslayan la necesidad de complejas plataformas logísticas en destino. Y la logística inversa es casi nula, por los bajos precios, y se canaliza en caso de un error de adquisición a través de la segunda mano.

Como consecuencia de esta tendencia creciente (Shein tiene mayoría en cuota de usuarios de apps de móvil), las grandes marcas deben pasar en el futuro a vender prendas de mayor prestigio percibido y sobre todo más calidad y compromiso. Resulta que los consumidores, cuando están tentados por un precio imbatible olvidan los ODS y caen en las redes de Shein, pese a que no es sostenible ni ético cambiar de chaqueta cada dos días y de camiseta varias veces al día.

El éxito constatado de Vinted, especialmente entre los más jóvenes, ya presagiado por el uso habitual de Wallapop, aviva todavía más el circuito de la economía circular menos rentable para las firmas de moda establecidas. La reventa de prendas se abre camino y obligará quizá a las marcas a abrir nuevas vías de negocio y de aparente altruismo para recibir y eliminar del mercado prendas en desuso. La puntilla más odiosa para el sector de la moda sería que lo vintage pasase a ser signo de estatus y modernidad, que el armario olvidado volviera de manera snob al mercado y que las colas de los probadores pasasen a ser una anécdota.