Pros y contras | Artículo de Emma Riverola

Otra vacuna contra el machismo

Ojalá hubiera una inoculación que inmunizara de esa violencia enquistada

Una mujer pakistaní se manifiesta contra la violencia de género en Lahore.

Una mujer pakistaní se manifiesta contra la violencia de género en Lahore. / EFE

Emma Riverola

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Ojalá hubiera una vacuna. Dos dosis y, cada año, una de refuerzo. Ojalá una inoculación bastara para desprender la membrana cáustica del machismo. Esa que se extiende por todas las vísceras, por todos los rincones del cuerpo, por cada palabra que se esputa: Tú harás lo que yo te diga. Cállate, no sabes de lo que hablas. ¿Dónde vas tan solita? Te voy a enseñar lo que es un hombre. Eres tú, que vas provocando. ¿Por qué hablas con él? ¿Por qué le sonríes? Cómo puedes ser tan… 

Ojalá hubiera una vacuna que inmunizara de esa violencia enquistada. “Tengo a las hijas muertas y a los hijos en la cárcel”, dice el padre de las dos mujeres asesinadas en Paquistán. Pero él las mató mucho antes: “Mis hijas están muertas desde que se fueron de casa”, dijo en comisaría. Y se creerá dios. Y son tantos. La Biblia, el Corán o la Torá como coartada. Palabras sagradas, excusas siniestras para decretar la impureza de las mujeres. Y ellos, serviles fanáticos creyéndose virtuosos cuando solo están al servicio del odio y la impotencia. ¿Qué otra cosa puede sentirse cuando creen poseer lo que nunca será de ellos? Aunque asesinen, aunque violen, aunque velen, torturen y sometan. Sí, ojalá una vacuna que acabe ya con esta asfixia. 

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