Festivos abiertos

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El nuevo calendario comercial de Barcelona

La apertura de tiendas en las zonas turísticas todos los domingos durante cuatro meses impulsará la ciudad como destino de compras al nivel de otras grandes urbes

Ambiente de compras en el Paseo de Gràcia de Barcelona.

Ambiente de compras en el Paseo de Gràcia de Barcelona. / Ricard Cugat

Este fin de semana, Barcelona estrena su nuevo calendario comercial, que tiene como gran novedad el hecho de que podrán abrir sus puertas las tiendas de las zonas turísticas de la ciudad todos los domingos que van entre el 15 de mayo y el 15 de septiembre. Si hasta ahora se aplicaba un confuso calendario de días sueltos de festivos abiertos (que no acababa de convencer a nadie), la continuidad durante cuatro meses de primavera y verano representa la aceptación de lo que es una evidencia: que las compras son una actividad inherente del sector del turismo y del ocio y que los visitantes de la ciudad no distinguen entre festivos y laborables. Hay que remarcar, además, que de los comercios abiertos en festivo no se benefician solo los turistas extranjeros, sino que también representan más oferta para los barceloneses y compradores del resto de Catalunya. Un punto a tener en cuenta, sobre todo a la hora de afrontar desde el comercio local el hábito de comprar a cualquier hora y día de la semana que la expansión del comercio 'online' está consolidando.

Tras múltiples desencuentros, el pasado febrero, representantes de los ejes céntricos y turísticos (agrupados en Barcelona Oberta), de las tiendas de barrio (Barcelona Comerç), sindicatos y administración alcanzaron lo que parecía más difícil: un pacto que satisface a todos. Contribuyó al consenso la restricción de las aperturas solo a las zonas más turísticas y el compromiso de cumplir ciertas condiciones laborales (como garantizar un día de descanso para el personal). Se pretende blindar que la mayor actividad de las tiendas genere más empleo, y no más precariedad.

El de los horarios comerciales es uno de los debates que más controversia han despertado en Barcelona. En las posturas más enfrentadas, están quienes defienden la máxima apertura en festivos para atraer al turismo, frente a quienes advierten de los efectos negativos para el pequeño comercio. La pandemia, sin embargo, obligó a ver este antiguo debate con un nuevo enfoque: el daño que supuso el parón turístico constató la importancia de esta actividad para la economía local. Asimismo, cuando ahora se habla de recuperación, son la hostelería y la restauración los sectores que más están empujando. Las previsiones turísticas para este verano son esperanzadoras. Será una buena ocasión para consolidar Barcelona como destino de compras al mismo nivel de otras grandes metrópolis. Frente a las reticencias sin matices a los efectos secundarios del turismo es preferible trabajar por un objetivo más constructivo, el de la necesidad de buscar un turismo sostenible, que cree ocupación y que conviva con la población local, sin destruir el comercio de proximidad. El nuevo calendario comercial de Barcelona va en esta dirección.