Artículo de Xavier Bru de Sala

Borràs en el tejado

Jordi Turull y Laura Borràs

Jordi Turull y Laura Borràs / TWITTER JORDI TURULL

Xavier Bru de Sala

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Nueva dirección de JxCat. Jordi Turull, el más duro y resistente de la que fuera nueva guardia convergente, la de Artur Mas, Oriol Pujol, Osàcar, ITV..., está dispuesto, proclaman, a compartir el mando de Junts al 50% con Laura Borràs. ¡Al 50%! Pronto está dicho. Pero nada más lejos de la verdad. Los partidos son maquinarias que mueven hilos, de lo que Laura Borràs no tiene ni idea y Turull tiene el trasero pelado. Ella es especialista en discursos y se ha hecho a medida un icono king size de la pureza. Su obsesión es quedar bien, la de Turull hacer lo que convenga. Quedar bien ella. Hacerlo bien él, a satisfacción del grupo humano que alimenta y se alimenta del partido.

El poder, pues, para Turull. La retórica para Borràs. Buen reparto. Como en una casa, ya no la casa gran sino la segunda del catalanismo, donde el gallo del tejado, trabado, señala siempre el norte de la independencia y suelta estentóreamente, terco, impasible, resuelto, orgulloso, el mismo alarido triunfal, mañana tarde y noche. Soplen de donde soplen los vientos, Laura Borràs señalará el destino, la estación de término, pero quien pondrá los raíles, la locomotora y los vagones, quien andará el camino, y no mucho, hacia este destinoes Jordi Turull. Si Borràs fuera consecuente, seguiría el ejemplo de Puigdemont, que abandona su invento por inútil, y Elsa Artadi, que se va de puntillas. Los irreductibles del no surrender se largan, pero Borràs se queda. Ella, en vez de claudicar con honor, se erige en símbolo y garantía de la diferencia con ERC, en marchamo de calidad kilómetro cero independentista. Pase lo que pase, solo pedirá a Turull la misión imposible de no hacerla quedar muy mal.

Chollo para Esquerra, la nueva dirección de Junts, que les tratará como ellos al PSOE, más o menos airados de cara a la galería, pero fieles a la estabilidad y ávidos de sus frutos por escasos que sean. Catalán en la escuela, pacto en la Diputación..., siempre habrá una excusa para levantar el dedo y una conveniencia interesada y realista para agachar la cabeza.                                                                              

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