Artículo de Oriol Amat

Guerra en Ucrania y economía: algunos ganan, la mayoría pierde

En la medida que el conflicto se alargue, será más difícil controlar la inflación y conseguir que la economía se recupere

Oriol Amat

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La invasión rusa de Ucrania es una guerra con argumentos de siglos atrás que nunca habríamos pensado que podría suceder en el siglo XXI. Cómo dijo el que fue primer ministro británico, Neville Chamberlain: “En una guerra no hay ganadores, todos pierden”. Esto está claro por los miles de personas que están muriendo, sus familiares y amigos; y los más de 10 millones de desplazados. De hecho, pierden la mayoría de los ucranianos y rusos; y muchas personas de otros países afectados. Si analizamos más en detalle lo que está pasando podemos comprobar que los impactos en materia económica pueden ser muy diversos:

Fabricantes de armamento

Este es un sector beneficiado por la guerra. Muchos países, como Alemania, por ejemplo, han anunciado que aumentarán sustancialmente su gasto en armamento. Estas empresas ganan con la guerra y el incremento de la cotización en bolsa de sus acciones es una buena muestra. Esto no beneficia a todos los inversores, puesto que en las últimas décadas ha ido aumentando el número de inversores que no quieren saber nada de las empresas que están en el sector de la guerra. También están creciendo los bancos y fondos de inversión que han incorporado a su política la no inversión en empresas de armamento.

Energía (petróleo, gas...)

Como Rusia es uno de los principales exportadores mundiales, se están produciendo fuertes subidas de precios que benefician a empresas energéticas y eléctricas; y perjudican de manera muy clara a muchos sectores intensivos en energía (transporte, siderurgia, química, cerámica, papel, automoción, maquinaría, electrodomésticos). Como muestra, estamos viendo a empresas que paran sus actividades, puesto que no pueden pagar la factura eléctrica. Otro ejemplo, es el de universidades, que han comunicado que apagan la calefacción porque el coste energético ha pasado a ser prohibitivo.

Cereales y minería

Son sectores en los que Rusia y Ucrania tienen un fuerte peso en el comercio mundial. Se están produciendo restricciones en la exportación y boicots; e importantes subidas de precios. Pasa con el trigo (Rusia produce el 26% del que se consume en el mundo), cebada, aceite de girasol (Rusia y Ucrania generan el 50% de la producción mundial), pienso, fertilizantes, titanio, uranio, níquel, neón... Estos incrementos de precios pueden beneficiar a los productores y comercializadores, pero perjudican a muchas industrias y a los consumidores.

Inflación

Los incrementos de precios de muchos productos (energía, minerales, cereales...) están impidiendo el control de la inflación, que ya era muy alta antes de la guerra. En estos momentos, estamos en tasas que superan el 7%, que es un porcentaje que no vemos desde hace más de treinta años. Esto desestabiliza la economía y empobrece a muchas personas. Es el caso de todos aquellos colectivos en los que los salarios no se incrementan de acuerdo con la inflación. Dado que el sistema de pensiones ya tiene serios problemas de viabilidad, no es fácil que las pensiones aumenten tanto como la inflación, lo cual puede hacer perder poder adquisitivo a los pensionistas.

Sectores exportadores a Rusia

Como ahora no pueden vender a sus clientes rusos pierden ingresos. Es el caso del automóvil o productos de lujo, por ejemplo.

Turismo

Como recibiremos menos turistas rusos, se perderá actividad. Aun así, el impacto es limitado, puesto que los turistas rusos representaron en 2021 el 0,4% de los turistas que vinieron a nuestro país, con un gasto que representó el 0,7% del total.

Oligarcas rusos

Estos también pierden, puesto que están en riesgo sus activos fuera de Rusia y su actividad está limitada por los boicots.

Empresas con filiales en Rusia

Son empresas que están perdiendo ventas y viendo peligrar sus inversiones. Es el caso de empresas como Inditex, Mango, Borges, Fluidra... En la mayoría de los casos han interrumpido su actividad y hay el riesgo de que Rusia expropie sus filiales.

El impacto económico directo de todo esto son restricciones al comercio, incremento de precios, más tensiones inflacionistas, pérdida de poder adquisitivo de muchos coleectivos, cierres de empresas y más volatilidad a los mercados. Esto está perjudicando la recuperación económica que se preveía por el 2022.

En definitiva, la invasión rusa de Ucrania comporta dolor, destrucción, refugiados, heridos, muertos... En el ámbito económico, la mayor parte de los sectores, así como los consumidores, de muchos países, especialmente los europeos, están sufriendo pérdidas importantes. Y en la medida que la guerra se alargue, será más difícil controlar la inflación y conseguir que la economía se recupere. En definitiva, a pesar de que alguien gana, para la mayoría es un desastre.

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