Pros y contras | Artículo de Josep Maria Fonalleras

La imagen de Le Pen en el debate televisivo

Han aprendido, y llegan más convencidos, más seguros. El domingo comprobaremos si el maquillaje de la extrema derecha les ha embellecido lo suficiente

Emmanuel Macron y Marine Le Pen, durante el debate.

Emmanuel Macron y Marine Le Pen, durante el debate. / LUDOVIC MARIN

Josep Maria Fonalleras

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Un colaborador de Marine Le Pen dijo que "llevamos preparando el debate desde hace cinco años". El debate televisivo, por supuesto, uno de los factores que en las anteriores elecciones a presidente de la República acabó siendo decisivo para la contundente derrota de la candidata extremista. La imagen fue la de una persona nerviosa, indecisa y superada por su oponente. Cinco años, pues, han servido para corregir errores tácticos. ¿En qué ha consistido el trabajo de reconstrucción de la imagen? Básicamente, en un cambio de realizador del programa. Entonces, Le Pen fue enfocada mientras removía papeles, mientras se diluía en una líquida insuficiencia que los espectadores pudieron percibir. Ahora, ha habido las exigencias y los pactos habituales (las sillas, la distancia, la temperatura del plató), pero sobre todo la de no grabar a los candidatos si no era en el momento en que miraban a su oponente. Y la presencia de técnicos televisivos de cada partido que controlaban los cambios de perspectiva, los primeros planos, la confrontación visual. Han aprendido, y llegan más convencidos, más seguros. El domingo comprobaremos si el maquillaje de la extrema derecha les ha embellecido lo suficiente.

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