Artículo de Albert Soler

Le Pen nuestra de cada día

No me da más miedo un gobierno de Vox o de Le Pen que el que me dan otros

La candidata de Reagrupación Nacional en las presidenciales francesas, Marine Le Pen.

La candidata de Reagrupación Nacional en las presidenciales francesas, Marine Le Pen. / SARAH MEYSSONNIER

Albert Soler

Albert Soler

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

En Francia, los medios de comunicación y el resto de políticos le hacen gratuitamente la campaña a Marine Le Pen. Cuesta entender que sean tan ineptos como para ignorar que toda la retahíla de denuncias, cordones sanitarios y llamamientos al miedo, que viene el coco, no hacen más que fortalecer a Le Pen. Ocurre lo mismo con Vox, que no tiene más que limitarse a esperar los nuevos movimientos o declaraciones en su contra para seguir llenando la saca de votos. Puesto que es imposible que todos, allá y aquí, sean tan imbéciles, debe ser que trabajan a favor de Le Pen y de Vox, respectivamente.

A un viejo y feroz general inglés le preguntaron cuál sería su reacción si un partido político pretendiera acabar no solo con la monarquía, sino con la sociedad tal como la conocía, con todos los valores que él había defendido incluso con su sangre. El militar respondió: «No les votaría». Hasta donde yo sé, esa sigue siendo la mejor solución contra opciones políticas que no nos interesan.

Si me importa bien poco quién gobierne aquí, lo que ocurra en Francia me la trae al pairo. Sin embargo, percibo animosidad diaria contra Le Pen incluso al sur de los Pirineos. Después de escuchar hasta la saciedad lo bonito que sería un mundo gobernado por mujeres, ellas sí que son dulces y comprensivas, amén de incapaces de cometer daño alguno, resulta que no. Que eso vale solo para las mujeres que no sean Le Pen o Ayuso o, retroactivamente, Thatcher o Golda Meir. Que resulta que hay mujeres, válgame Dios, que pueden ser tan perniciosas como los hombres. A ver si al final va a resultar que hombres y mujeres somos iguales, y que el sexo no influye en la capacidad política. De algo habrá servido Le Pen nuestra de cada día.

Como al viejo general, no me da ningún miedo un gobierno de Vox o de Le Pen, por lo menos no más del que me dan otros, que ya es sabido que es mucho más peligroso un idiota que un malvado, y aquí de idiotas en el poder hace tiempo que andamos sobrados. Y de momento, sobrevivimos.

Pero, sobre todo, uno es catalán, y por lo tanto ya está hecho a partidos políticos que se saltan la ley, insultan y amenazan a quienes disienten o pretenden cambiar las normas de convivencia a su antojo. Como para tener miedo de aprendices como Vox o Le Pen, a estas alturas.

Suscríbete para seguir leyendo