Ágora | Artículo de Ramón Reyes

¿Es el tabaco el enemigo público número uno de la salud?

tabaco

tabaco / Ferran Nadeu

Ramón Reyes

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La salud está determinada por múltiples factores, en algunos casos bastante intuitivos, como la edad o la genética, pero también por otros que pueden parecer más ajenos, como el nivel de estudios, el nivel socioeconómico o el género. Todos estos factores sociales, culturales y económicos cristalizan en el entorno (nuestras localidades, espacios de trabajo, barrios, familias…) y son determinantes a la hora de que las personas adopten o no hábitos de vida saludables. Por ejemplo, pertenecer a un estrato social bajo incrementa las posibilidades de que consumir tabaco o padecer obesidad, siendo ambos factores detonantes de enfermedades cardiovasculares, pulmonares y oncológicas. Me gustaría, por lo tanto, dirigir la mirada a estos determinantes sociales que deberían ayudarnos a priorizar la salud en general y prevenir el cáncer en particular.

La prevención del cáncer implica todas aquellas estrategias, individuales o colectivas, que podemos llevar a cabo para reducir nuestro riesgo de desarrollar un cáncer. Hasta el 40% se podría prevenir adoptando hábitos de vida saludable como llevar una alimentación sana, realizar ejercicio de manera regular, no beber alcohol y, sobre todo, no fumar. Este último factor, el tabaco, es el que más efecto negativo tiene en la salud y en el desarrollo de un cáncer. Es el responsable del 30% de todos los casos y de 16 tipos distintos de cáncer, sin contar las enfermedades cardiovasculares, cerebrovasculares y pulmonares. En pocas palabras, el tabaco es el enemigo público número uno de la salud.

El consumo de tabaco es la primera causa de muerte evitable en el mundo. Cada año más de 8 millones de personas fallecen a causa del tabaco -7 lo hacen por fumar, 1,2 millones no han fumado nunca-. Solo en España cada año el tabaco mata a 50.000 personas. Los efectos en la salud deberían ser argumentos suficientes para demandar medidas que limiten el consumo de tabaco y de todos sus derivados en espacios públicos de convivencia común. Con un objetivo prioritario: proteger a los menores y tener la primera generación libre de tabaco en el año 2030. 

Actualmente los menores están indefensos frente al humo del tabaco. El 43% fuma sin encenderse un cigarro porque están expuestos, sin desearlo, a la inhalación de más de 70 sustancias cancerígenas. Nuestros hijos no puedan decidir libremente respirar aire no contaminado con tabaco y esto tendrá consecuencias en su salud a corto, medio y largo plazo, multiplicando por dos el riesgo de tener cáncer de pulmón en la edad adulta.

¿Podría una familia con menores disfrutar de una merienda en una terraza sin inhalar humo nocivo? No. En el 95% de las terrazas se encontraron niveles de nicotina perjudiciales para la salud, siendo estas concentraciones más altas cuando la terraza es cerrada y hay más de 8 personas fumando. En definitiva, los menores mientras meriendan, también fuman.  

Hay otro factor preocupante y es la normalización del consumo de un producto cancerígeno en nuestro entorno, lo que promueve que los jóvenes empiecen a fumar a una edad muy temprana. Unido a esto están las estrategias de la industria tabacalera que, con los nuevos dispositivos de consumo, captan a nuestros jóvenes haciéndoles creer que no es nocivo. El resultado es que los jóvenes empiezan a fumar a los 14 años, siendo la droga más extendida entre los estudiantes del 14 a 18 años. 

En la Asociación Española Contra el Cáncer tenemos muy claro que hay que proteger a los menores. Esto pasa por ampliar la actual ley antitabaco, extender los espacios libres de humo a terrazas, playas, piscinas, estadios deportivos…, a todos aquellos espacios de convivencia común donde los menores socializan. Pero también pasa por regular los nuevos productos de tabaco y nicotina de la misma manera que los tradicionales. No hay que tener miedo. Solo el 22% de la población fuma, el 78% restante no. Sabemos que hay un compromiso del Ministerio de Sanidad de ampliar esta ley, la Asociación está a su lado para lograr que sea aprobada antes de que finalice la actual legislatura. No solo es necesario, es urgente. Esperemos que tenga el consenso de todas las fuerzas políticas porque va a salvar miles de vida. Desde la Asociación hacemos un llamamiento para que se sumen al Acuerdo Contra el Cáncer y nos ayuden a que esta ley antitabaco sea una realidad.

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