ANÁLISIS

Dembélé, un astronauta adaptado

Dembélé inicia una jugada de ataque del Barça ante el Sevilla en el Camp Nou.

Dembélé inicia una jugada de ataque del Barça ante el Sevilla en el Camp Nou. / FCBARCELONA

Sònia Gelmà

Sònia Gelmà

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Corría el minuto 90 de partido cuando Xavi le cambió. Ovación del respetable. Incluso una buena parte de la afición se puso en pie. Por Dembelé. Nadie lo hubiera podido imaginar hace un par de meses, cuando se cerró el mercado de invierno y el público azulgrana en su gran mayoría no quería ni verlo.

Denostado. Tampoco el director de fútbol le tenía ningún cariño, había manifestado públicamente que aquí solo cabían jugadores comprometidos con el futuro del club. Todo lo sucedido después responde a la cabezonería de Xavi y, por qué no decirlo, a la inconsciencia del jugador que en ningún momento tuvo en cuenta ni los pitos ni la marginación a la que le sometieron para forzar su salida. Porque, para lo bueno y para lo malo, Dembélé vive ajeno a cualquier ruido. 

Sigue siendo imperfecto. Su partido ante el Sevilla volvió a suponer un recital de decisiones equivocadas combinadas con otras mucho más acertadas. Las suficientes de un lado y del otro para dar la razón a sus partidarios y a sus detractores. Las suficientes para que su entrenador celebre y se desespere a partes iguales. 

La paciencia de Xavi, el único que ha mantenido la fe en Dembelé, sigue ofreciéndole un máster gratuito que podrá aprovechar allí donde vaya

El contraste entre Dembélé y, por poner un ejemplo, Pedri, nos enseña lo que es un jugador nacido para jugar en el Barça y uno nacido para otro planeta. Es la diferencia entre un jugador que tiene todos los atributos para ser valorado por una afición como la azulgrana, desde sus cualidades futbolísticas hasta su manera de ser, y un jugador que estará siempre bajo sospecha en un club donde no se entienden los versos libres. 

Y, sin embargo, la paciencia de Xavi, el único que ha mantenido la fe en Dembelé, sigue ofreciéndole un máster gratuito que podrá aprovechar allí donde vaya. El extremo lo recompensa con un compromiso inesperado que le lleva incluso a celebrar una acción defensiva como si de un gol se tratara.

Y mientras Xavi se siente cómplice, y Alemany reabre la puerta de la renovación, Laporta debe pensar en el palco que él ya lo decía, "mejor que Mbappé". Hasta la siguiente acción, claro. 

Suscríbete para seguir leyendo