Pros y contras | Artículo de Emma Riverola

La lección de Casado

El fin del exlíder del Partido Popular supone un alivio. Al menos para la inteligencia política

El actual presidente del PP, Pablo Casado, durante el XX Congreso Nacional del partido en Sevilla que comienza este viernes y que elegirá por aclamación a su nuevo presidente.

El actual presidente del PP, Pablo Casado, durante el XX Congreso Nacional del partido en Sevilla que comienza este viernes y que elegirá por aclamación a su nuevo presidente. / EP

Emma Riverola

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El hombre del máster regalado ha abandonado la política ofreciéndonos una lección en vivo y en directo. No siempre se asiste de forma tan desvergonzada a la impiedad de la política. Vimos la previa en el Congreso, con su último discurso en el hemiciclo. ¡Y cómo aplaudieron los felones! Lo mismo en el congreso del partido celebrado este pasado fin de semana en Sevilla. Pablo Casado ha vivido un privilegio reservado a muy pocos: asistir a su propio velatorio manteniendo la sonrisa ante sus verdugos. Era tanta la impudicia que hasta provocaba cierta lástima. Una flaqueza que se pasaba pronto al recordar la inutilidad, la irresponsabilidad y la deslealtad superlativa del finado. Si a la malevolencia de utilizar los fondos europeos para tratar de desacreditar al Gobierno ante la UE, se le une la bobería (“ha sido atacada la remolacha”), el fin de Casado supone un alivio. Al menos para la inteligencia política.

Ahora le toca el turno a Alberto Núñez Feijóo. Mientras sus palabras apuestan por desvincularse de Vox, ambos partidos pulen su pacto de gobierno en Castilla y León. Es difícil saber si su dirección será balsámica o tóxica. Lo que parece evidente es que no llega aupada por la ejemplaridad. 

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