Apunte

Fábrica de baterías: Seat y las 'generalitats'

Un Ejecutivo autonómico actuó con más constancia y convencimiento que el otro para lograr la planta industrial

Wayne Griffiths

Wayne Griffiths / REUTERS / ALBERT GEA

Agustí Sala

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Haríamos mal en Catalunya si cayéramos en el victimismo por no conseguir la gigafactoría de baterías del grupo Volkswagen (VW) y Seat que se ubicará en la localidad valenciana de Sagunt. Sería como aquel niño o niña que saca malas notas y que lo justifica en que los maestros le tienen manía. O aquel equipo que pierde y lo atribuye siempre al árbitro. Los malos resultados también pueden darse por errores propios.

Fuentes conocedoras de este proceso aseguran que la Generalitat de Catalunya, ocupada en otras cuestiones, se despertó tarde, pese a contar este territorio con muchos mimbres para triunfar. Y además cometió deslices como no acudir a la visita de la cúpula de VW a la fábrica de Martorell para no coincidir con el Rey. Todo cuenta.

Algunas de esas actitudes o errores se han subsanado con Pere Aragonès como 'president', a pesar de aplicar una normalidad que no deja de ser llamativa (no saludo al monarca, pero ceno con él, etc, etc). Pero, en todo caso, la propuesta catalana (con ubicaciones en Tarragona y Lleida) acabó llegando tarde, algo que han reconocido desde el propio Govern. La otra Generalitat, la valenciana, al frente de la que está Ximo Puig, ha sido más ágil y finalmente, más convincente.

Es verdad que las opciones de otorgar ayudas son mayores en el caso valenciano, ya que Catalunya no podía complementar los fondos europeos con ayudas regionales al ser considerada una región rica, pero también ha habido una mayor perseverancia por parte de València.

Con todo, la fábrica de Martorell, al igual que el potente sector auxiliar catalán se beneficiarán de la planta de Sagunt, como también lo hará la Ford en la Comunitat Valenciana si sabe aprovechar la ocasión.  

En todo caso, el Govern, que da síntomas de intentar la normalización, aunque a su manera, deberá volcarse aún más en evitar que pasen de largo oportunidades y en atraer también a muchas empresas que hace casi cinco años trasladaron sus sedes sociales por el referéndum del 1-O y un 'procés' que hoy vive un poco más aletargado.

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