Artículo de Joaquim Coll

Ciclogénesis Borràs

La presidenta del Parlament no debía haber asumido el cargo sabiendo que tenía muchas posibilidades de ir a juicio por una investigación que ya estaba en curso

Comparecencia de Laura Borràs para valorar su primer año en el cargo

Comparecencia de Laura Borràs para valorar su primer año en el cargo / FERRAN NADEU

Joaquim Coll

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El TSJC ha situado a Laura Borràs a un paso del juicio oral por haber presuntamente troceado unos contratos cuando era directora de la Institució de les Lletres Catalanes para beneficiar a un amigo. Con el art. 25.4 del reglamento en la mano, la presidenta debería abandonar de inmediato su cargo. La decisión no prejuzga su culpabilidad, sino que se trata de salvar la honorabilidad de la institución contra posibles casos de corrupción, un punto de vista que en 2017 fue avalado, entre otros grupos, por Junts. Es un criterio general que no puede cambiarse en función de intereses personales. Borràs no debía haber asumido la presidencia del Parlament sabiendo que tenía muchas posibilidades de ir a juicio por una investigación que ya estaba en curso y, menos aún, convertir ahora sus caso en una afrenta política que acabe por bloquear la vida parlamentaria, negándose a dimitir. No hay ninguna persecución al independentismo, lo que se investiga nada tiene que ver con el 'procés', sino con un posible uso fraudulento de dinero público que destaparon los Mossos, concretamente la unidad que dirigía el comisario Toni Rodríguez, purgado hace unos meses por esa y otras pesquisas que incomodaron tanto a Junts com a ERC. En 2019, ante las filtraciones del caso, la jueza pasó la investigación a la Guardia Civil.

Como el victimismo es moneda corriente en el discurso nacionalista, su partido se dispone a cerrar filas con Borràs, vistiendo el caso de represión y denunciando una operación de acoso y derribo que solo existe en la cabeza de la presidenta. Junts pide a ERC y la CUP no aplicar el reglamento porque para Borràs el artículo en cuestión es de una “inconstitucionalidad manifiesta”. Llama la atención que a una separatista como ella ahora sí le interese la Constitución. En cualquier caso, quien tiene la última palabra sobre el desenlace del asunto es ERC que, con el PSC, suman mayoría en la Mesa del Parlament. Un nuevo bloqueo de la cámara sería inaceptable. Para seguir en el cargo, Borràs amenaza con una ciclogénesis explosiva que incluye el abandono de Junts del Govern, un escenario que Pere Aragonès debe afrontar con valentía si de verdad quiere ser alguien en la política catalana.

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