ANÁLISIS

Más que una Liga

Xavi Hernández y Carlo Ancelotti se abrazan en el clásico de este domingo en el Bernabéu.

Xavi Hernández y Carlo Ancelotti se abrazan en el clásico de este domingo en el Bernabéu. / Javier Barbancho

Sònia Gelmà

Sònia Gelmà

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Claro que los títulos hacen ilusión, sobre todo cuando forman parte de un proyecto emergente, cuando son el reflejo de un equipo que enorgullece a su afición ¿Le gustaría al aficionado del Barça ganar esta Liga? Por supuesto ¿La celebraría? Posiblemente más que alguna última que ganó con tanta suficiencia que ni siquiera se valoró cuando vivía en la época de ir descontando títulos.

Cuando hay que remarcar el mérito de un trofeo, alguna cosa falla. Algo así le puede pasar este año al Madrid. Paradójicamente, cuanto más sufran, cuanto más apriete el Barça, mayor será su satisfacción. Porque si todo sigue más o menos igual, este va a ser un título tapado por un 0-4 en su propia casa, de la misma manera que la debacle de Liverpool enterró un doblete en época de Valverde

Emoción por el inicio

El Barça probablemente no va a ganar esta Liga. Y aunque ahora ya parezca lejano, esta será la misma temporada en la que no superó siquiera la fase de grupos de la Champions. Y sin embargo, si Xavi logra que el equipo mantenga la dinámica actual, el título va a ser lo de menos. Porque la emoción por el inicio de un nuevo ciclo es suficiente para que sea una temporada que quede grabada en la retina, como aquella primera de Rikjaard.

Nadie sabe qué hubiera pasado si Laporta hubiera apostado por Xavi en verano. Quizás el Barça estaría a tiempo de ganar esta Liga. O quizás era necesario que el equipo se viera tan abajo para aferrarse con tanta devoción a la idea de Xavi. Puede ser que los jugadores necesitaran esta cura de humildad, esa sensación de estar al borde del abismo como para asumir todas y cada una de las instrucciones de su técnico. Quizás era necesario echar de menos el talento para valorar la llegada de Ferran Torres y Aubameyang.

Sea como fuere, Xavi ya nos ha enseñado cual es su camino, su idea, y no es otra que la de recuperar lo que en su día hizo especial al Barça. Por cierto, quede enviada desde aquí una felicitación al jardinero del Bernabéu porque el césped estaba impecable. Cortito y regado, como siempre le gustó a Xavi.  

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