Tiempos convulsos

Teoría de la imbecilidad

Habría que prestarle más atención a los que han dedicado su vida a estudiar el comportamiento humano con la única finalidad de librarnos del desastre

Servicemen attend funerals of Dmytro Kotenko, Vasyl Vyshyvany and Kyrylo Moroz, Ukrainian servicemen killed during Russia's invasion of Ukraine, at Lychakiv cemetery in the western Ukrainian city of Lviv on March 9, 2022. (Photo by Yuriy Dyachyshyn / AFP)  LVIV [M

Servicemen attend funerals of Dmytro Kotenko, Vasyl Vyshyvany and Kyrylo Moroz, Ukrainian servicemen killed during Russia's invasion of Ukraine, at Lychakiv cemetery in the western Ukrainian city of Lviv on March 9, 2022. (Photo by Yuriy Dyachyshyn / AFP) LVIV [M / YURIY DYACHYSHYN/AFP

Carles Francino

Carles Francino

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

¿Y si nuestro problema más grave como especie fuera simplemente que somos imbéciles? Se trata de una propuesta tentadora, porque eso permitiría explicarlo casi todo: desde el peligro de una guerra mundial nuclear que tenemos ahora mismo; hasta que arrastremos los pies frente a los enormes riesgos que plantea el cambio climático; pasando por la pandemia del covid, fruto de una globalización descontrolada donde la zoonosis (transmisión de enfermedades de animales a seres humanos) amenaza con extenderse, unida a la destrucción de la biodiversidad. Ya entiendo que esto planteado así, sin más, puede sonar a ocurrencia. Pero resulta que es la teorìa que sostiene uno de los grandes estudiosos de la evolución humana, Eudald Carbonell, un sabio en tiempos donde cotiza la ignorancia. Es verdad que él adjudica un porcentaje notable de esa imbecilidad a los líderes; y de hecho asegura que sería fantástico vivir sin jerarquías de poder, pero la denuncia es general.

“Hay que ser competentes, no competitivos”, es una de sus máximas predilectas; pero no creo que Putin piense lo mismo. Y resulta curioso porque tienen la misma edad, están muy cerca de los 70; aunque uno lleva media vida tramando cómo cargarse a gente y el otro investigando para que podamos sobrevivir. El trío que Eudald Carbonell forma con Juan Luis Arsuaga y José María Bermúdez de Castro podría llamarse “los tres tenores de Atapuerca” si tuvieran alguna vocación musical, pero ellos como paleoantropólogos se dedican a otra cosa: a indagar en los orígenes de la humanidad. Y el otro día en la radio con Eudald, después de un rato escuchándole, no sabía si levantarme a aplaudir o echarme a llorar ante el panorama que nos dibujó. Pero creo que al menos habría que prestarle más atención; a él y a otros como él que han dedicado su vida a estudiar el comportamiento humano con la única finalidad de librarnos del desastre. No estoy muy convencido de que lo consigan.

Suscríbete para seguir leyendo