ANÁLISIS

Histórico

Alaba derriba a Mbappé en el partido de vuelta del Bernabéu.

Alaba derriba a Mbappé en el partido de vuelta del Bernabéu. / Irina R. Hipólito / AFP7

Mónica Marchante

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Cuando llevas unas cuantas décadas como periodista deportiva, cubriendo las mejores competiciones de fútbol, lo normal es haber vivido in situ episodios sonoros, batacazos históricos o remontadas épicas. En mi álbum particular hay una buena colección: el Iniestazo de Stamford Bridge, la final de Lisboa con su minuto 93, el gol de Iniesta en el Soccer City de Johannesburgo, o el 6-1 del Camp Nou ante el PSG…

Aún me froto los ojos recordando lo del miércoles en el Bernabéu, pese a que nunca creí que el PSG tuviera la eliminatoria ni mucho menos resuelta  tras la ida. Pero claro, en el descanso… parecía que sí. Charlando con Roberto Martínez en Movistar Plus, ambos comentamos la sensación de que el PSG estaba pasando por encima del Real Madrid y que había desequilibrado el encuentro desde una superioridad aplastante en el centro del campo, con Messi incrustado ahí, trabajando como un gregario para recuperar y mirar a Mbappé.

¡Qué primer tiempo hizo el francés! Solo valió uno pero metió tres. En directo, su fútbol es aún más impresionante que en la tele. Su arrancada portentosa, sus detalles de calidad, su zancada en la misma banda donde tantas veces vimos a Cristiano endiablado, Kylian parecía estar en el jardín de casa volviendo a ensañarse con Carvajal. Y con cualquiera que hubiera tenido enfrente. Una mezcla entre los dos Ronaldos, bestial.

La madre de futbolista disfrutaba en su asiento del palco, invitada por Florentino Pérez. Unos asientos más allá, Neymar padre hacia lo propio hasta que Donnarumma se lio ante Benzema. Y a partir de ahí, la locura. “Historia que tú hiciste, historia por hacer. Porque nadie resiste tus ganas de vencer”, así empieza el himno del Centenario blanco y es la descripción de los 17 minutos que pasaron desde que Benzema recuperó el balón del primer gol hasta que remató el 3-1 final.

Entonces me fijé en la media sonrisa de Faiza Lamari, la madre del derrotado Kylian, mientras Al Khelaifi bajaba a gritos en busca de los árbitros. Nadie cree ya que Mbappé no haya resuelto sus dudas… si es que las tuvo. El (mucho) dinero, no da la felicidad. Que se lo digan a su presidente.

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