Día de la Mujer

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8 de Marzo, la lucha por un mundo mejor

El feminismo es imprescindible para construir una sociedad más justa y más solidaria. La desigualdad resta creatividad, ambición y capacidad a toda la sociedad

portada 8M  sin igualdad no hay futuro

portada 8M sin igualdad no hay futuro

Es imposible desvincular este Día Internacional de la Mujer de la guerra en Ucrania. Imposible cerrar los ojos ante el drama humanitario y no reconocer las amenazas que vienen de la Rusia de Putin, también para las reivindicaciones feministas. Hoy, los derechos tan largamente luchados deben ser defendidos con fuerzas redobladas. Ningún logro debe darse por seguro y aún queda mucho camino por recorrer. La violencia machista, la precarización, la carga mental, las dificultades para ocupar posiciones de poder y la lucha constante contra unos estereotipos de género que pretenden limitar el crecimiento personal y profesional de las mujeres son retos incuestionablemente compartidos por la totalidad de la agenda feminista, más allá de las discrepancias internas del movimiento. Una desigualdad que no solo lastra a la mitad de la población, sino que resta creatividad, ambición y capacidad al conjunto de la sociedad. 

El 53% de las personas paradas en España son mujeres. Aunque la brecha salarial se ha recortado levemente, los hombres siguen ganando más que las mujeres. En Catalunya, un 20,6% más. El techo de cristal continúa limitando las carreras profesionales, las mujeres apenas ocupan entre el 12% y el 18% de los puestos directivos empresariales. Según datos del Observatorio Social de la Fundación La Caixa, las mujeres dedican el doble de tiempo que los hombres a actividades no remuneradas, lo que supone el 67% de la producción no remunerada en España. Si se formalizara, equivaldría a más de 977.000 empleos anuales a jornada completa. La desigualdad se extiende a todos los ámbitos. Desde las instalaciones deportivas a la investigación científica o a las universidades. 

Si miramos al conjunto de Europa, el rostro de la pobreza es femenino. Un informe apunta que las mujeres se ven más afectadas que los hombres por la pobreza y el riesgo de exclusión social y que, desde 2017, la brecha de género en la pobreza ha aumentado en 21 estados miembros. Desde el inicio de la pandemia, la tasa de empleo de las mujeres ha disminuido de forma acusada y también se ha reducido la intensidad de mano de obra. La vulnerabilidad ha aumentado. Urge incorporar la perspectiva de género en todos los niveles de proceso presupuestario de la UE para reducir las desigualdades. Frente a tantos techos que romper la crispación, la polarización y el desacuerdo ha hecho mella en un movimiento que, aunque históricamente ha acogido múltiples discrepancias en su seno, hoy tiene dificultades para mostrar unidad. Este 8-M las manifestaciones feministas se desdoblarán en buena parte de la geografía española. Las diferentes posturas sobre la abolición de la prostitución y la 'ley trans' han exacerbado el debate hasta dificultar el entendimiento. Pero, más allá de las diferencias, son muchos más, y de más peso, los puntos que deberían ser de confluencia. 

El feminismo es imprescindible para construir una sociedad más justa y más solidaria. Los deberes son muchos, ahondar en la diferencia o apostar por visiones reduccionistas solo lo hace más débil, más incapaz. Una pérdida que el conjunto de la sociedad no puede permitirse. El 8-M también es la lucha por un mundo mejor.

Sin igualdad no hay futuro, como recuerda el cartel que envuelve la edición en papel de este martes de EL PERIÓDICO. Una edición en la que la redacción se ha propuesto evitar en los titulares el uso del masculino genérico (pero también el del femenino genérico) para favorecer en cambio fórmulas de lenguaje inclusivo. En respuesta a la campaña 'Provoquem la reflexió el 8M: Un dia en femení', hemos asumido este llamamiento a la reflexión avanzando en una vía que puede y debe tener continuidad, acompañando, a medida que cuaje en el uso real y general de una lengua, un proceso vivo de cambio que ya ha dejado atrás expresiones que reflejaban una visión del mundo ya superada.