Diseño

¿De dónde sale el huevo?

Bruno Munari se anticipó a muchos ismos y fue precursor de los móviles de Calder con sus máquinas inútiles

Esculturas de viaje, de Bruno Munar

Esculturas de viaje, de Bruno Munar / Fondazione Jacqueline Vodoz e Bruno Danese, Milán / Roberto Marossi

Juli Capella

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Cuando a finales de los 70, estudiando en la Escola Massana, oí la frase “el huevo es una forma perfecta, aunque esté hecha con el culo” me quedé atónito. Era una ocurrencia de Bruno Munari, gurú del diseño italiano –cómo no– que decía que la invención piensa mientras que la imaginación ve. Que complicar es fácil, simplificar difícil. Su máxima era: “¿no se puede hacer de otra forma?”. Corrí a devorar un libro suyo titulado 'Diseño y comunicación visual', editado por Gustavo Gili (hoy GG) que, desde hace 50 años, lleva 'deseducando' a generaciones de diseñadores y artistas. Descubrí que una nube es comunicación visual casual, te avisa de si va a llover. Mientras que una señal de humo lo es intencional. Puede ser práctica, para avisar de un peligro, o estética, para una fiesta. Que el ocaso y el alba son lo mismo, solo depende desde donde los veas. Que el sueño del artista es llegar al museo, el del diseñador al mercado del barrio. 

Se anticipó a muchos ismos: futurismo, concretismo, arte programado, fractales, componibles, biónica, kit, 'packaging', polarización, minimalismo, y fue precursor de los móviles de Calder con sus máquinas inútiles. Hizo libros ilegibles, tenedores parlantes, esculturas de viaje, fósiles del año 2.000… No en balde, Picasso lo calificó como el Leonardo de nuestros días. Me imagino al pequeño Munari como un artista de circo multipistas, pasando por la cuerda floja, arriesgando en el más difícil todavía, domesticando extrañas criaturas inventadas. Todo para divertirnos y, a la vez, invitarnos a saltar a la pista a practicar, para así aprender disfrutando.

Le gustaba mucho esta cita oriental: “si escucho, olvido; si veo, recuerdo; si hago, comprendo”. Aprender haciendo fue su regalo a la pedagogía infantil, emparejada con las teorías de Montessori. Pero hasta la fecha solo sabíamos de Munari por sus libros. Por fin, 25 años después de su muerte, podemos disfrutar su obra en la exposición de la Fundación Juan March de Madrid. Una pena que el Musseu del Disseny no la traiga a Barcelona. 

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