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PP: ¿Suicidio doble? ¿Solo eso?

Aznar ha advertido que la crisis entre Casado y Ayuso es peor que la de Ucrania porque hay armas nucleares

Miniatura Ayuso Casado

Miniatura Ayuso Casado

Joan Tapia

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Aznar habló en Barcelona el miércoles, pocas horas antes de la explosión del jueves. Más conservador pensante que derechista militante, mostró malestar por la creciente fragmentación política (el éxito de Soria ¡Ya!) que amenaza la estabilidad del Estado. ¿Puede llevar la guerra civil del PP a una mayor fragmentación?

Luego Aznar ha advertido que la crisis del PP es peor que la de Ucrania porque hay armas nucleares. ¿Tiene razón? Que la presidenta de la Comunidad de Madrid, con el activo de una gran victoria contra Sánchez y el PSOE en mayo, y el líder nacional del PP se declaren la guerra abierta no tiene precedentes. Lo de Esperanza Aguirre contra Mariano Rajoy fue solo un tímido escarceo. 

¿Son Isabel Ayuso y Pablo Casado, íntimos amigos hasta hace muy poco, solo una pareja suicida? No, no quieren morir, sino matar al contrario. Y en su guerra, radiada y televisada sin rubor, no les preocupan los costes. Tanto ante el PSOE, que ve como su enemigo va a estar unas cuantas semanas enfrascado en sus peleas. Como ante Vox, que tras su salto en Castilla-León ve como su gran competidor se despedaza antes de las elecciones andaluzas.

La lucha por el poder les ciega y no les importa ni el PP ni el triste espectáculo ante Europa y ante el mundo. Suerte que no gobiernan y la prima de riesgo aún está contenida, porque en caso contrario…

Ayuso se ha rebelado, acusando de espionaje a Casado, porque sabía que García Egea, el ejecutor, quería liquidarla. Era culpable de querer acumular la presidencia del PP de Madrid, lo que le haría tener mas poder efectivo que el líder nacional. Y ya fue avisada de que había un dossier sobre los negocios de su hermano con la Comunidad de Madrid. Ese es su talón de Aquiles: la importancia real de los negocios de su hermano y la actuación de la fiscalía. Se la juega, pero a su asesor, Miguel Ángel Rodríguez, que logró que Iván Redondo llevara a Sánchez a la sede de la Comunidad para una cumbre de poder a poder, rodeados de las banderas respectivas, no le tiembla el pulso.

El activo de Ayuso: ser la política más popular del PP. Y pongamos que Casado y Egea la expulsan del partido, sigue de presidenta de la Comunidad y es muy posible que los diputados regionales del PP no voten una moción de censura. En último término, puede montar una lista propia y volverse a presentar. Y Vox podría acogerla, como el PSOE con Paco Fernández Ordóñez -es sólo una comparación fáctica-, cuando UCD empezó a morir. Sería mucho más grave que el ¡Soria Ya! que preocupa a Aznar, porque dinamitaría al gran partido de la derecha. ¿Lo pueden tolerar los barones del PP, empezando por Nuñez Feijóo y Moreno Bonilla? 

Pero Casado es el presidente. Cierto que haber fracasado en Castilla-León le ha quitado autoridad. Y más tras haber votado contra la reforma laboral, con ridículo incluido. Pero, Casado es el líder elegido en primarias y tiene el poder del aparato. Y encabezar una rebelión no es fácil. Para echar a Hernández Mancha, elegido en un congreso, fue necesario que Fraga tomara las riendas. 

Y Casado cree (quizás es iluso) que a Vox no le interesa gobernar en Castilla-León y que, en el último minuto, no votará contra Mañueco si consigue el apoyo de ¡Soria Ya! y de X Ávila (serían 36 procuradores y necesitarían 41). Pero, ¿osaría Vox forzar nuevas elecciones votando junto al PSOE? Casado espera que, al final, Mañueco sea presidente sin coalición con Vox. Entonces se apuntará un triunfo. 

Pero, ¿cómo llega el PP, abierto en canal, hasta el acto final de Castilla-León (¿mayo?) ¿Puede haber antes un congreso extraordinario que elija a Núñez Feijóo, el sueño eterno del conservadurismo sensato? Feijóo no optó a suceder a Rajoy, prefirió coleccionar mayorías absolutas en Galicia (cuatro). ¿Lo hará ahora con un partido cuarteado, sin ser diputado, compitiendo con la ambición de Ayuso, y con la expectativa de, en caso de victoria, tener que hacer vicepresidente a Abascal?

Feijóo desea una solución inteligente. ¿Quién le pone el cascabel al gato? Casado y Ayuso sólo quieren ganar y ¡ojo!, Aznar cree que tienen armas de destrucción mutua. ¿Podemos presenciar, al mismo tiempo, un suicidio doble y el prólogo de la voladura descontrolada del PP? Como la de UCD con Calvo Sotelo y Landelino Lavilla.  

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