EL HEREDERO YA ESTÁ AQUÍ

"¡Vente para España, Kylian!"

Mbappé celebra el gol en el tiempo añadido

Mbappé celebra el gol en el tiempo añadido / AFP/Frank Fife

Emilio Pérez de Rozas

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“¡Déjate de historias, Kylian, déjate de historias, y vente para España! Qué haces tú aquí. Vente para España, Mbappé. Te esperamos allí. Olvidémonos, de una vez, del vikingo y fichemos a este tío. ¡Dios, qué futbolista! ¡Déjate de historias, Kylian, déjate de historias y vente para España!”

Manolo Lama, la voz del fútbol español, la voz de España, la voz de la COPE, la voz eterna de la Play, venga, sí, la voz del Real Madrid, aunque su hijo va a ser el gran central del Atlético en unos meses, se volvió loco y no era para menos. Kylian Mbappé es el futbolista, es el relevo del gran Leo Messi, es el tipo que va a cambiar la historia del fútbol, es el siguiente escalón, son las 10 siguientes Botas de Oro, los 10 siguientes Balones dorados.

Ese muchacho, ¡qué muchacho!, qué futbolista, qué búfalo, qué poder, qué fuerza, qué quiebro, qué velocidad, qué esprint, qué capacidad de dejar atrás a todo el mundo, de jugar vertical, determinante. Tremendo. ¡Vente para España, Kylian, déjate de historias!

El ojo de Laporta

Ya solo Joan Laporta cree que Ousmane Dembélé es mejor que Kylian Mbappé, lo que, no solo es mucho creer, sino es estar fuera del fútbol. Él, Laporta, un presidente tan futbolero que está convencido que tiene al bueno y, sin embargo, lo castiga, lo maltrata, hasta que llega Xavi Hernández y dice (él también) que, bien entrenado, es el mejor en su posición.

¡Qué posición ni que nada! ¡No, hombre, no! No hay posiciones. Solo hay la posición de futbolista y, ahí, apagándose poco a poco Leo Messi (¡y, ojito, al partidazo que hará el argentino en el Bernabéu, el 9 de marzo!), el único que existe es Mbappé, que anoche fue, de nuevo, la luz que ha iluminado al fútbol.

Ese faro, ese sol, ese príncipe, que tiene cuerpo de Hércules, piernas de ‘Gladiator’, velocidad de Usain Bolt, alas de ‘Superman’ para cruzarse el campo, él solito, para inventar la potencia en cualquier rincón del césped, derritió, en el minuto 93.15, como ya hiciera el sábado ante el Rennes, entonces en el 93.10, al peor y más defensivo Real Madrid de la historia, no solo de la Champions, sino de cualquier competición.

Y hay partido de vuelta

Fue el Real Numancia, pero acabó derrotado, aunque hay vuelta, sí, tal vez para desgracia del conjunto blanco, que pierde a Casemiro y Mendy por sanción y que, sí, podrá contar con un Benzema más recuperado (su alineación de anoche no tuvo sentido), pero se enfrentará a un Neymar con tres semanas más de entrenamiento.

Los blancos, que dispararon una sola vez a puerta (y fue un tiro alto) a los 53 minutos de juego (chut obra de Kroos; antes, en el 44, un cabeza de Casemiro fuera), estuvieron a merced del PSG, que, no solo falló un penalti (Courtois se lo paró a Messi, que llevaba cinco penas máximas marcadas al Real Madrid vestido de azulgrana y falló la primera que tuvo ante los blancos con la camiseta del PSG), sino que tuvo 20 ocasiones en los minutos (los apunté, sí) 5, 13, 15, 18, 25, 31, 43, 45, 50, 52, 53, 61, 74, 77, 78, 79, 87, 90, 93 y el gol en el 93.15. Lo juro.

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