Lenguas

'West Side Story', lengua y respeto

¿Qué comunica Spielberg al no subtitular en EEUU los diálogos hispanos, respeto o justo lo contrario?

Imagen de 'West Side Story', de Steven Spielberg

Imagen de 'West Side Story', de Steven Spielberg / Warner Bros

Ernest Alós

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El remake de West Side Story dirigido por Steven Spielberg ha arrastrado cierta polémica en Estados Unidos por la decisión de no subtitular, en las salas norteamericanas, los pasajes en los que los protagonistas latinos saltan desde el inglés con acento marcado al español caribeño, en un ejercicio de verosimilitud e inclusión a años luz de la interpretación de aquellos actores con maquillaje moreno en la película de 1961. No descartaría que parte del modesto resultado en taquilla de esta maravillosa versión se deba al desagrado de la audiencia más trumpista. El guionista, Tony Kushner, ha defendido los diálogos bilingües porque «había temas y sentimientos que un hispanohablante expresaría en español y no en inglés». Spielberg lo explicó por una «cuestión de respeto», expresión que utilizaron también los protagonistas de la película cuando se les preguntó por ello en la alfombra roja del estreno: recordaron que en EEUU no hay lengua oficial y que subtitular una de las lenguas que hablan los ciudadanos de país, y no otra, enviaría un mensaje discriminatorio. Pero considerar prescindible que la audiencia anglo entienda lo que se dice cuando se dice en español, ¿no reduce esos incisos a ambientación folclórica, a toques de color que no irían más allá de un ándale , justo lo contrario del respeto? 

El domingo, volviendo de Cornellà, enfurruñado por un gol en el minuto 95, en el coche sonaba Catalunya Ràdio. A la tercera o cuarta pregunta de la rueda de prensa del entrenador del Espanyol, Vicente Moreno, un periodista advirtió que haría su pregunta en castellano. Moreno le respondió en la misma lengua, igual que había contestado en su catalán valenciano a las que se le habían hecho en catalán de Barcelona. Allí se acabó abruptamente el directo, alegando el conductor del programa que cortaban porque había empezado ese momento de las ruedas de prensa –tan habitual como forzado, prescindible y poco respetuoso cuando es posible subtitular o doblar– en que se hace repetir en castellano las respuestas realizadas previamente en catalán. No parecía que fuese este el caso (aunque, en beneficio de la duda, el periodista intentaba estirar de la lengua a Moreno sobre una cuestión ya tratada).

La lengua es un instrumento de comunicación. Incluso cuando no entendemos, o no podemos escuchar , o no nos importa qué nos dicen, el espacio que ocupa nos comunica algo. A veces un malestar refunfuñado, una imposición naturalizada o un silencio incómodo.

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