Pros y contras

La Policía Nacional y la ortografía

Para mejorar los procesos selectivos, el cuerpo policial decide eliminar la prueba ortográfica. Es decir, apuesta por la necedad

Agentes de la Policía Nacional frente al Ayuntamiento de Cornellà

Agentes de la Policía Nacional frente al Ayuntamiento de Cornellà / RICARD CUGAT

Josep Maria Fonalleras

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Existe una imagen estereotipada del policía que lo quiere analfabeto y armado, es decir, una combinación explosiva y eficaz. La lectura y la escritura no nos protegen de la violencia, esto es cierto: podríamos encontrar cientos de ejemplos de psicópatas eruditos. George Steiner escribió: “"Sabemos que un hombre puede leer a Goethe o Rilke, puede escuchar a Bach o Schubert y luego ir a trabajar a Auschwitz". Esto es innegable, pero también podemos suponer (y, de hecho, lo hacemos) que las fuerzas de seguridad destacan más por la fuerza bruta que por la delicada sutilidad de los planteamientos intelectuales. Es falso. Seguro que hay policías doctos. Yo conocí a uno que, a raíz de un conflicto de orden público, me dijo que el caso se parecía a 'La guerra de los mundos' de Orson Welles. Era de la Policía Nacional, el mismo organismo que ahora se empeña en certificar que es mejor un agente indocumentado que un guardia que sepa escribir. Para mejorar los procesos selectivos deciden eliminar la prueba de ortografía. Es decir, apuestan por la necedad, en un afán de consolidar esa imagen que decíamos. No me parece demasiado inteligente, pero seguro que hay un afán oculto que avala esta curiosa política. 

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