Discriminación

Engañaviejos

Los mayores de 60 tienen la mitad de los depósitos bancarios del país. Sus beneficios son posibles gracias a la incultura financiera generalizada

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Montse Santolino

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Mi padre tiene 87 años y un Nokia de los 90. Lleva toda la vida reutilizándolo todo y sustituyendo solo lo que se rompe, y no ve ninguna necesidad de tener un teléfono inteligente. Su banco es uno de los que ha acaba de presentar beneficios récord pero él no se entiende con los cajeros, y reniega de la cita previa. La generación que cambió libros y vajillas por depósitos y creyó que esa gente tan bien vestida velaba por su dinero, ha dejado de confiar en ellos. Primero aprovecharon su confianza para estafarles con las preferentes, y ahora les hacen imposible el acceso a su propio dinero.

Naciones Unidas llama edadismo a la discriminación por edad. Edadismo fue lo que mató a miles de ancianos los primeros meses de la pandemia, y edadismo es pasar página como estamos haciendo. Solo Amnistía Internacional y algunos pocos familiares valientes siguen exigiendo responsabilidades. Edadismo es lo que hacemos los periodistas cuando dedicamos tanta atención al cirujano jubilado que ha recogido 600.000 firmas, pero seguimos ignorando las manifestaciones de la Marea Pensionista. Edadismo es lo que hace la ministra de Economía que no lo recibe pero luego quiere abrazarlo delante de los periodistas y le hace esa pregunta tan habitual e infantilizadora: “¿le han tratado bien?”.

No, no los tratamos bien y menos los bancos que insisten en maltratar a quien los ha hecho ricos. Los mayores de 60 tienen la mitad de los depósitos bancarios del país (500.000 millones de euros). Sus beneficios son posibles gracias a la incultura financiera generalizada, y a que el 44% de esos mayores tiene estudios primarios. A esos clientes la banca les dice ahora que adaptará sus webs y cajeros. Edadismo es demasiado eufemismo. Son engañaviejos. Según el barómetro de la Unión Democrática de Pensionistas y Jubilados el 61% de los mayores no se conectan a internet porque ni saben ni les interesa. Se han ganado el derecho a no aprender lo que no les dé la gana y a llevar su Nokia en el bolsillo. No son idiotas. Y sus hijas tampoco.

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