Autónomos precarios

Peonadas 2.0

Por su doble condición de empresarios y trabajadores, el discurso neoliberal les impone una visión romántica e individualista a los autónomos, negándoles así la conciencia de clase

Rider llevando su reparto bajo la lluvia

Rider llevando su reparto bajo la lluvia

Mar Calpena

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¿Cuántos autónomos no llegan a ingresar el salario mínimo? Según un informe de Upta, una de las asociaciones que agrupan al colectivo en este país, están en esta situación 1,1 millones de personas en España. Se supone que es a ellos a los que se dirige la reforma del RETA. En teoría, a los autónomos que menos ingresan (entre 900 y 1.125 euros al mes) se les aplicaría el tramo menor de cotización, que ahora está en la nada despreciable cifra de 294 euros al mes. No hace falta ser un as de las matemáticas para darse cuenta de que incluso en el supuesto más benigno esto dejaría al hipotético autónomo con poco más de 800 euros al mes, y eso sin comenzar a descontar los gastos que supone tener un negocio, aunque se supone que su cuota irá bajando hasta los 90 euros… en 2031, suponiendo que no se haya muerto antes de pena. Un autónomo que ingrese 1.126 euros (¡fortunón!), en cambio, verá cómo su cuota se incrementa hasta los 351 euros el año que viene, lo cual le dejará con unos rumbosos 751 euros para vivir.

No hay motivos para dudar de que sea cierto, como se sostiene desde el Ministerio de Seguridad Social, que al final estas cuotas beneficiarán a muchas más personas que en la actualidad, y siempre es una buena noticia que los tramos con ingresos más altos paguen más. Pero la barrera de entrada en el mercado laboral por esta vía es enorme, y lo cierto es que en determinados sectores, en los que la ilusión de libertad y libre competencia del autónomo es un espejismo –‘freelances’ del periodismo, diseño gráfico, profesionales con empleo de plataforma como ‘riders’, abogados o psicólogos–. los bajos honorarios de los servicios profesionales los imponen con mano de hierro los empleadores, los que se benefician de estas peonadas 2.0.

Más allá de las cuotas, esta pata de la ecuación, la de las tarifas, debería solventarse también, porque es otra forma de hacer ‘dumping’ con los costes laborales. Por su doble condición de empresarios y trabajadores, el discurso neoliberal les impone una visión romántica e individualista a los autónomos, negándoles así la conciencia de clase y la fuerza de la negociación colectiva. Hora, pues, de desmontarlo.

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